miércoles, 2 de octubre de 2024

Cinco cosas buenas (y cinco malas) que nos ha dejado la moda del emprendimiento

(Un texto de Carlos Otto leído en El Confidencial del 3 de julio de 2015)

En España, los emprendedores han pasado de ser bichos raros a ser legión. La pregunta quizá sea: ¿eso es
bueno o malo? Tenemos nuestras dudas.

Está claro que emprender se ha puesto de moda. Y eso... ¿es bueno o es malo? Pues hombre, según se mire. Porque hasta hace poco el emprendedor era poco menos que un bicho raro, mientras que ahora se ha convertido en una figura cool, moderna y tremendamente atractiva en según qué ámbitos sociales.

Y eso, como todo, tiene sus cosas positivas y negativas. He aquí un recorrido a todo lo bueno (y lo malo) que nos ha traído la moda del emprendimiento en España:

A favor 

1.- No todo es ser empleado.
De entrada, esto del emprendimiento nos ha traído un curioso y beneficioso cambio de mentalidad: el mundo no se acaba en ser funcionario o trabajador por cuenta ajena. Frente a nuestra tradicional visión laboral, basada en la aparente comodidad de tener un trabajo estable o sacarnos una oposición, la moda del emprendimiento ha conseguido que montar tu propio negocio (o, al menos, darte empleo a ti mismo) ya no sea un terreno exclusivamente dirigido a hijos de empresarios, estudiantes de MBA o bichos raros en general. Ahora emprender es, como poco, una opción más.

2.- Mejor imagen social del empresario.
Durante años, para qué nos vamos a engañar, la imagen social del empresario ha sido bastante mala: un malvado tirano que explota a sus trabajadores para enriquecerse injustamente, que no concede tregua, al que sus empleados no le importan lo más mínimo... Y seguramente podamos debatir sobre qué porcentaje exacto de nuestra clase empresarial se corresponde realmente con ese perfil, pero, como poco, parece una visión exagerada y quizá un pelín injusta, ¿no?

Y oye, es verdad que a menudo la palabra emprendedor no es más que un eufemístico lavado de cara de ese tipo de empresarios, pero también es cierto que los aparentes matices semánticos del emprendedor (chavalito joven, que monta un proyecto desde cero, que -por ahora- no gana demasiado dinero, que trata bien a sus empleados...) han servido, como poco, para que el ciudadano medio entienda que no todo empresario tiene por qué ser un explotador que enciende puros con billetes de 100 euros. Porque un empresario puede ser un auténtico cabrón, sí, pero dar por hecho que por defecto todos lo son parece bastante exagerado.

3.- Inyección emocional.
No nos engañemos: durante los años más duros de la crisis, ver a un grupo de jovencitos que intentan combatir el paro montándoselo por su cuenta ha supuesto, al menos, una ligera inyección emocional para toda la sociedad. Otra cosa es que luego a los chavalitos en cuestión les haya ido bien la cosa o se hayan arruinado (lo más probable es lo segundo), pero el empuje moral y social parece innegable.

4.- Intraemprendimiento.
Sí, emprender puede ser la leche, pero no es para todos.Porque si tu emprendimiento consiste en darte de alta de autónomo y conseguir pequeños clientes quizá no te cueste mucho dinero, pero si quieres montar algo de más enjundia (con empleados, oficina, gastos logísticos, proveedores...) necesitas dinero. Mucho dinero. Y huelga decir que eso no está el alcance de todos. De hecho, está al alcance de muy pocos.

Frente a este problema, en los últimos años ha ido surgiendo una figura laboral que, pese a los mitos que circulan en torno a ella, puede ser muy interesante. Se trata del intraemprendedor, un empleado que, dentro de la aparente comodidad del trabajo por cuenta ajena, se encarga de llevar a cabo pequeños emprendimientos, iniciativas y novedades dentro de la empresa en la que trabaja. Una figura, en definitiva, que está consiguiendo que muchos trabajadores puedan innovar, crear cosas nuevas y satisfacer su ímpetu emprendedor sin necesidad de tener que abandonar su nómina.

5.- Auge de sectores poco emprendedores.
Hasta hace muy poquito, el emprendedor español tenía una tipología medianamente clara y dual: por un lado, los trabajadores poco cualificados que, ante la falta de oportunidades laborales, deciden montar un pequeño negocio (sobre todo comercios o servicios profesionales de perfil bajo); por otro, los trabajadores altamente cualificados (licenciados o estudiantes de máster) que lanzaban su propio negocio en sectores muy dados al emprendimiento (marketing, publicidad, consultoría, ventas...).

Sin embargo, la puesta en valor del discurso emprendedor ha provocado que otros sectores, tradicionalmente nada vinculados al emprendimiento, vean crecer su número de empresas. Porque ahora se anima a emprender todo Dios: diseñadores, ingenieros, investigadores, periodistas, científicos... La figura del emprendedor ya no está asociado al licenciado en Empresariales que intentará venderte todo lo que se le ocurra, sino al profesional cualificado que te ofrece sus servicios trabajando desde su propia empresa.

En contra

1.- ¿A cuántos hemos lanzado a la ruina?
Desde que empezó todo este optimismo en torno al emprendimiento (del que los medios tenemos gran parte de mérito o demérito), siempre me hago la misma pregunta: ¿a cuánta gente estamos lanzando a emprender... para que después se arruine? Porque sí, emprender puede salirte muy bien y que acabes triunfando, pero también puedes arruinarte y acabar peor de como empezaste. Y, ¿qué parte de responsabilidad tendremos los que hemos lanzado a emprendedor que fracasa?

Además, es probable que el discurso del emprendimiento haya pecado de un optimismo psicológico que quizá (sólo quizá) haya sido exacerbado. Porque la inyección de un optimismo superficial puede ser positiva si la cosa sale bien, pero cuanto más sube algo... más dura es la caída. Y si al emprendedor le sale mal la aventura que regó con ese optimismo tan exagerado, ¿no será aún más brutal el derrumbe psicológico que acabe con él?

2.- Darwinismo social.
Ya hemos hablado de esto alguna vez. Lo malo del emprendimiento es que se basa en el discurso de la
supervivencia, de sobreponerse a todo lo malo que se pueda cruzar en tu camino, de creer en esa monstruosa chorrada de que 'si quieres, puedes'. Y claro, entonces llega la arrogancia, ya que "los que trabajaron duro y les ha ido bien tienden a pensar que a los que no les va bien no trabajaron duro".

Porque tenemos que convencernos de una cosa: que tú las hayas pasado putas y hayas sobrevivido no significa que todo el mundo tenga que pasarlas tan putas como tú. Porque ese discurso de que "la vida es dura, chico, y si te va mal, pues te aguantas" podría ser válido si viviésemos en la jungla, pero no en un Estado de derecho.

3.- Peor imagen social del empleado/funcionario.
Derivada de la anterior. La mejora de la imagen social del empresario sólo puede interpretarse en clave
positiva, pero su radicalización ha traído consigo un punto muy negativo. Porque claro, si resulta que eres el entrepreneur del siglo, un hombre hecho a sí mismo que se ha creado su propio trabajo, ha levantado un
negocio desde cero y encima ha dado empleo a otras personas, ¿qué respeto te va a merecer un empleadillo o un funcionarete de pacotilla, que se dedica a calentar la silla hasta que le llega la nómina?

Porque la visión del empresario como un malvado explotador era una generalización injusta, pero la visión del empleado o del funcionario como un parásito sin valor, además de injusta, es estúpida.

4.- ¿Es sostenible este modelo?
En los peores años de la crisis, el número de autónomos en nuestro país cayó de manera dramática. Y podría haber sido muchísimo peor, ojo, ya que la terrible caída se vio medianamente frenada por el auge del emprendimiento, que hizo que nuestro país fuese el quinto de la Unión Europea en altas de autónomos... pero el primero en bajas.

Ahora las cifras son muchísimo mejores, dónde va a parar, pero siguen ofreciéndonos algunas dudas. Y es que los datos que de cuando en cuando filtra el Ministerio de Empleo nos muestran una realidad ante la que, como poco, cabe estar alerta: la mayoría de altas en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) se producen por parte de personas que nunca han pertenecido a este régimen (es decir, que nunca han emprendido). Por el contrario, gran parte de las bajas se producen entre autónomos que llevaban más de cinco años funcionando. Es decir, que los nuevos autónomos que se están dando de alta aún tienen que encontrar un modelo de negocio viable, mientras que los que lo tuvieron durante años son los que se están yendo. ¿Conseguirán los nuevos autónomos sustituir el empleo que destruyeron los que se han dado de baja?

5.- El discurso empieza a ser cansino.
Todos, casi sin excepción, estamos de acuerdo en que fomentar el emprendimiento es algo indudablemente
positivo. Pero claro, cuando un discurso se usa tanto... al final se acaba desgastando. Y seguro que no soy el único que empieza a estar harto de ver constantemente hablando de emprendimiento, de esfuerzo, de
superación y otras tantas palabras vacías a políticos que no sólo no han emprendido nunca, sino que ni siquiera han pasado por la empresa privada en toda su vida, ¿verdad?

Corremos el riesgo de que el fomento del emprendimiento al final acabe siendo cansino y, por tanto, contraproducente. Porque tanto va el cántaro a la fuente... que al final, inevitablemente, se acaba rompiendo.

jueves, 26 de septiembre de 2024

Intraemprendimiento: una revolución en el corazón de la empresa

(Un texto de José Suárez en La Vanguardia del 17 de noviembre de 2017)

Es esencial para la supervivencia de una empresa desarrollar una actividad emprendedora en el seno de la organización para innovar o reformular el modelo de negocio).

Cuenta la leyenda que a finales de los 90, cuando el alquiler de películas de video abarcaba un inmenso mercado y el negocio tenía puesto el foco más en la eficiencia que en el cliente, un ex marine y matemático que rozaba la cuarentena llamado Reed Hastings se sorprendió cuando recibió un aviso de su tienda Blockbuster con una deuda de 40 dólares por el retraso en la devolución de la última cinta que había alquilado, Apolo 13.

Esta experiencia llevó a Hastings a idear un negocio basado en un sistema de envíos de películas a domicilio sin limitaciones ni sanciones. Era aún 1998 cuando decidió fundar junto a su socio, Marc Randoph, una startup denominada Netflix.

Dos años después, Hastings y Randolph ofrecieron a Blockbuster integrar la visión de su modelo de negocio de suscripción ilimitada, que ya apuntaba al vídeo en streaming, en el negocio del gigante del vídeo, que aún no había tocado techo. En 2004, con 60.000 empleados y 9.000 tiendas en todo el mundo, Blockbuster ingresó 6.000 millones de dólares. El precio de la operación no superaba los 50 millones de dólares, pero Blockbuster rechazó la propuesta. En 2010, el gigante norteamericano se declaró en bancarrota.

Nettlix es hoy en día una de las empresas líderes del entretenimiento mundial con más de 100 millones de
suscriptores en el mundo que pagan alrededor de 120 dólares al año por una extensa oferta que incluye contenidos de producción propia y ha alcanzado una capitalización bursátil que roza los 80 mil millones de dólares.

El de Netflix es un buen ejemplo de empresa disruptiva que aporta una visión y un modelo de negocio diferente al de sus competidores para ganar cuota de mercado y posicionarse como empresa de referencia en su sector. 

El caso de Blockbuster no es nuevo, actualmente miles de proyectos disruptivos amenazan modelos de negocio tradicionales, en algunos casos centenarios, que han estado protegidos durante décadas por barreras de entrada infranqueables hasta la aparición de Internet. La música, los medios de comunicación, la banca, el transporte o la industria de la automoción son sólo algunos de ellos.

Este cambio puede apreciarse en el Standard and Poors 500, uno de los índices más relevantes y representativos de la bolsa, en el que el periodo de permanencia de las empresas se ha ido reduciendo paulatinamente. Si en 1996la vida media de una empresa cotizada en este índice superaba los 40 años hoy en día apenas sobrepasa los 20, y las proyecciones auguran que este descenso será una constante.

Estos fenómenos de cambio e incertidumbre permanente agudizados por la era digital son un quebradero de cabeza para los responsables de negocio, que buscan nuevas vías de innovación que permita a sus empresas distinguirse de su competencia, cada vez más prolífica e imprevisible.

Los expertos ven una solución en la figura del intraemprendimiento, término acuñado en 1985 por
Gifford Pinchot que consiste en desarrollar una actividad emprendedora en el seno de una organización que ya existe para aportar iniciativas innovadoras orientadas, en el mejor de los casos, a la reformulación del modelo de negocio. 

José López García de Leániz. CEO de Igeneris. ha desarrollado medio centenar de proyectos en empresas
espafiolas para emprender desde dentro de la propia organización. "La mejor manera de salir de este círculo vicioso es innovar para ofrecer nuevas propuestas de valor, desarrollar nuevos modelos de negoclo que te diferencien frente a tanta competencia".

Sin embargo, el intraemprendimiento no es sencillo: "ya no basta con que un solo departamento, el de
Innovación, asuma esta responsabilidad. Hay que poner todo el talento que tiene la organización a trabajar en ello. Este cambio necesario de mentalidad es nuevo para la mayoría de las empresas, y supone un cambio cultural enorme".

Precisamente el informe Emprendimiento Corporativo en España que desarrolla la Universidad de Deusto junto a otras instituciones subraya que "implantar una estrategia eficaz no es tarea fácil, ya que, a los obstáculos inherentes a todo proyecto innovador, hay que sumarle resistencias que tienen origen en la propia organización".

López García de Leániz enfatiza que "lo más importante es el mensaje claro de la alta dirección de que el
intraemprendimiento es clave para el futuro de la empresa". Un mensaje que tiene que traducirse en hechos concretos: "formar a la organización. dotarla de medios y hacerlo de forma sistemática con una metodología"; a lo que hay que sumar una "buena gestión de las expectativas".

El responsable de Igeneris explica que el aprendizaje de este tipo de dinámicas en el seno de una empresa "lleva su tiempo" y "la mayoría de las veces es necesario contar con un apoyo experto en intraemprendimiento que ayude a formar a la organización y a sacar nuevos modelos de negocio que generen los resultados que busca, mientras se va arraigando la capacidad de hacerlo con autonomía".

Una autonomía que fomentan grandes empresas tecnológicas como Apple, Google, Facebook y Amazon casi desde sus inicios. Google. por ejemplo, libera un 20% del horario laboral a los trabajadores que quieran emprender internamente. Si los proyectos innovadores que proponen salen adelante pueden llegar a obtener beneficios adicionales. como participaciones en la iniciativa.

El análisis de Deusto revela que el86% de las grandes corporaciones españolas encuestadas cuenta con algún tipo de programa de apoyo a los intraemprendedores y el 80% posee algún tipo de mecanismo para identificar el talento a nivel interno.

Asimismo, apunta que el 75% de las grandes empresas propone retos para motivar la generación de proyectos intraemprendedores y el 67% permite a los empleados dedicar parte de la jornada a trabajar en estas iniciativas; pero sólo el 15% cuenta con políticas de compensación especiales para las personas que las impulsan y menos del 50% las apoya económicamente.

Con respecto a este estudio, López García de Leániz considera que "habría que profundizar en si los programas que se están implantando. son los correctos o no. Con la experiencia de lo que veo en las empresas, cuestiono mucho la eficacia de las medidas que actualmente se están implantando".

En este sentido. explica que '"la mayoría de las corporaciones no van mucho más allá de implantar un software de ideas para que la organización aporte nuevos planteamientos sobre un tema concreto". Se trata de iniciativas cuyo impacto "suele ser muy bajo". Por ello, "la mayoría de las ideas que los empleados aportan no se implantan. Y esto genera una frustración en los profesionales que les desmotiva a seguir participando".

"Para que una empresa de verdad aprenda a intraemprender - explica el experto- no hay atajos". El intraemprendimiento "es estratégico para garantizar el futuro de la empresa y las medidas que deberían tomar son mucho más profundas que las que están acometiendo en la actualidad".

Entre otras conclusiones, el estudio de Deusto apunta que "la figura del Chief Entrepreneur Executive no tardará en extenderse entre aquellas grandes empresas que aspiren a mantenerse líderes". El CEO de Igeneris va más allá: "la siguiente gran revolución. la innovación en el Management". En las últimas décadas. explica, "se han producido cambios profundos en las organizaciones pero las empresas siguen gestionándose como hace 40 años. y existe una enorme burocracia que ralentiza la toma de decisiones
en cuestiones críticas que requieren una respuesta más ágil".

domingo, 1 de septiembre de 2024

Diez concursos para lograr dinero y notoriedad con su proyecto

(Un texto de Yerelín García en eleconomista.es publicado el 8 de agosto de 2011. Algunos de estos concursos ya no existen, pero otros sí, y si no, merece la pena echar un vistazo en cualquier caso a las entidades promotoras, puesto que a veces han puesto otros en su lugar.)

Financiación, formación y reconocimiento son algunos beneficios que ofrecen estos concursos. Los participantes pueden conseguir hasta 100.000 euros para impulsar su negocio.

Llevar una empresa o idea a concurso no sólo puede ofrecer una oportunidad para obtener la financiación necesaria para la puesta en marcha del proyecto, sino que también brinda la posibilidad de que los participantes den a conocer su proyecto ante distintos foros, generen notoriedad, mejoren sus habilidades
personales, sociales y comunicativas, y potencien su marca personal como emprendedores, además de otorgar una oportunidad para replantear el plan de negocio orientándolo hacia la mejora del mismo. Pero, ¿cuáles son las convocatorias más importantes?Aquí presentamos diez de ellas.

EmprendedorXXI
Organizado por LaCaixa y el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio; EmprendedorXXI galardona
a las empresas innovadoras de cada comunidad autónoma que hayan tenido éxito en sus primeras etapas
de desarrollo.
El concurso ofrece dos categorías, ambas dirigidas a pymes: emprendes, para aquellas que no lleven más de dos años constituidas; y creces, para empresas más maduras; con el objetivo de apoyar el nacimiento y la consolidación de los negocios, etapas que la organización ha decidido premiar al considerar que “son las que más se deben apoyar”. Los premios se otorgan tanto a nivel autonómico como estatal, consistiendo
en una dotación económica que va desde los 5.000 euros para los clasificados autonómicos, hasta los 100.000 euros para el ganador estatal.
Además, ofrecen acceso preferente a financiación y formación gratuita en habilidades directivas.
La organización, que recibió más de 1.200 proyectos de toda España en la última convocatoria, reconoce
que para escoger a los premiados se fijan “en cómo están llevando su plan de negocio y cómo piensan hacer dinero en el caso de las jóvenes (categoría emprendes); y en las maduras, analizan en el equipo humano”.

[...]

Yuzz
Las ideas también tienen premio, ya que este certamen premia tanto las iniciativas como los planes de negocio de empresas no constituidas. Francesc Fajula, director general de La Fundación Banesto, entidad organizadora de Yuzz, afirma que la iniciativa nació “para seleccionar el talento de los jóvenes emprendedores de entre18 y 30 años que tengan ideas innovadoras”.
Consiste en un programa de seis meses de formación en el que participan 20 jóvenes por cada ciudad,
guiados por un tutor y expertos en áreas concretas.
Los 13 mejores proyectos tienen la posibilidad de viajar a Silicon Valley y el ganador a nivel nacional recibe 10.000 euros para poner en marcha la idea que ha ido desarrollando durante el programa. 

El concurso ha ido creciendo y en la última edición ha llegado a 18 ciudades, en las que participaron 300
jóvenes, aunque según indica Fajula esperan cerrar 2011 “con 25 ciudades adscritas al programa”. 

Open Talent BBVA
Apoyar proyectos o empresas de hasta 24meses de antigüedad que ofrezcan productos o servicios basados en el uso de las nuevas tecnologías es el objetivo de Open Talent, un concurso que ofrece un premio en metálico de hasta 100.000 euros, un programa de asesoramiento para el desarrollo del negocio y un encuentro de networking para los finalistas, en el que podrán presentar sus proyectos ante los referentes
de la industria y potenciales inversores.

Banespyme Orange
La innovación es el requisito fundamental con el que un emprendedor o pyme debe contar para participar en Banespyme Orange, los premios que organiza la compañía móvil, la Fundación Banesto y el IE Business School y que ofrecen reconocimiento en tres categorías: premio al mejor proyecto emprendedor,de crecimiento en pymes y emprendedor social.
La organización premiará a una de entre las 20 ideas de negocio seleccionadas, facilitando durante ocho
meses todos los medios necesarios para poner en marcha los dos mejores proyectos escogidos por el jurado, ofreciéndose material o dotación económica por valor de 6.000euros.

Jóvenes Emprendedores
La iniciativa de Bancaja (Bankia), que se encuentra ya en su XVII edición, se dirige a tres perfiles:
las empresas de base tecnológica en funcionamiento que sean productoras de bienes y servicios, empresas enfocadas a la mejora social, e iniciativas de cualquier sector no puestas en marcha con un plan de empresa desarrollado.
El concurso ofrece 10 premios de 15.000 euros en la categoría tecnológica, 10 de 10.000 para las empresas
sociales y 20 premios de 5.000 euros cada uno para los proyectos de empresa. El único requisito es que
los participantes no superen los 35 años.

Movistar EmprendedoresCloud
Las mejores aplicaciones de cloud computing destinadas a pymes y profesionales también tienen su concurso. El programa premia las iniciativas en dos categorías: mejor aplicación cloud y mejor iniciativa
cloud; en las que los participantes podrán concursar y optar a inscripciones a seminarios, másteres y un viaje de una semana de duración a Silicon Valley, además de un curso de seis meses de tutorización técnica y de negocio para los ganadores.
 
AJE
La Asociación de Jóvenes Empresarios obsequia en su concurso con premios tan diversos como un ipad, tablet, 6.000 euros, servicios de tutorización, o un máster en dirección de empresas para emprendedores.
El concurso establece dos categorías: premio a la iniciativa emprendedora, dirigido a jóvenes menores de 35 años con un proyecto empresarial que lleve un período máximo de un año; y el premio a la trayectoria
empresarial que otorga reconocimiento a empresarios de menos de 41 años. Asimismo, dentro de la convocatoria también se ofrece el accésit emprended@r universitari@, en el que podrán participar universitarios o licenciados con una antigüedad de hasta tres años, que presenten su empresa o proyecto empresarial.
 
Linktostart
Desarrollar empresas que incorporen Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) con especial énfasis en el networking es el propósito de Linktostart, la iniciativa de la Fundación Inlea, Cisco Systems y Microbank. Este concurso no ofrece compensación económica, pero otorga a todos los que presenten su idea de negocio un acompañamiento experto para mejorar su desarrollo. Además, los ganadores recibirán una tutorización personalizada al proyecto durante seis meses, así como acceso a asesoramiento jurídico y de gestión empresarial, y el acceso a fuentes de financiación y foros de inversión.
 
Emprendedores2011
La Fundación Everis organiza estos premios cuyo propósito es fomentar la aparición de nuevos proyectos y en el cual podrán participar tanto emprendedores, grupos como sociedades constituidas. Los participantes deberán presentar un plan de negocio con el que la organización evaluará la viabilidad
del mismo. Asimismo, los candidatos tendrán la posibilidad de enviar un video en el que defiendan el proyecto.
El premio que ofrecen consiste en una dotación económica de 6.000 euros. No obstante, podrán concederse accésits a los proyectos que hayan quedado finalistas, dedicando a este fin la cantidad de 40.000euros.
 
Big Bang Challenge
Las ideas de negocio ecológicas también cuentan con su propio certamen. El portal ideas4all organiza un concurso en el que premia a ideas tecnológicas o científicas de cualquier parte del mundo que contribuyan al desarrollo sostenible del planeta, ofreciendo al ganador 18.000 euros para poner en marcha su proyecto.
Además, los participantes podrán entregar tantas ideas como deseen. El principal requisito es no presentar ideas que se encuentren en fase de preparación del concepto o en desarrollo. De esta forma, quedan exentos los proyectos que ya se encuentren funcionando en el mercado.
 
Concursos europeos
Además de los ya mencionados, existen muchos más programas que premian las iniciativas y planes de negocios de los emprendedores. Entre las opciones más interesantes se encuentra Eurecan European
Venture Contest, el concurso que comprende ya su séptima edición y que busca a las empresas con
mayor capacidad de crecimiento de todo el continente.Unas 150 compañías son seleccionadas por expertos
para participar en varias finales, y la organización reparte 90.000 euros en premios. Sin embargo, lo más destacable son los más de 600 inversores en capital riesgo que acuden a los eventos organizados por el concurso. 
 
Otra alternativa es Eurowards. La competición europea de emprendedores tiene cuatro categorías para participar: ideas de negocio, para los que hayan desarrollado la idea; seed, para cualquier empresa que tenga un producto o servicio probado el mercado; start-up de almenos5 trabajadores, 5 clientes o una facturación superior a 250.000 euros; y expansión para compañías con facturaciones superiores a 500.000 euros. 
 
Los jóvenes también tienen su propia competición europea, Innovact Campus Awards, un concurso organizado por la CCI de Reims-Epernay, que premia los proyectos más novedosos no sólo con una dotación económica, sino con la posibilidad de que los proyectos finalistas se presenten en el Foro Europeo de la Joven Empresa Innovadora, acto al que acuden cerca de 2.000 profesionales de 20 países y más de 200 empresas jóvenes innovadoras de todo el continente. El ganador recibe 3.000 euros, y tanto el segundo y tercer premio otorgan 1.500 euros.

martes, 2 de julio de 2024

Emprendedores que no valen para empresario

 (Un texto de Arancha Bustillo publicado en Expansión el 19 de mayo de 2015)

Existen grandes creativos que idean proyectos de empresa que podrían tener -si fueran duchos en gestión, liderazgo y toma de decisiones- gran recorrido y éxito. No todos los emprendedores saben ser empresarios. Los que se forman y delegan ciertas funciones triunfan.

Ni todas las personas pueden ser emprendedores ni todos los emprendedores valen para empresario. Así de sencillo. Para mantener y gestionar una empresa se requieren ciertas habilidades y conocimientos que no todo el mundo posee. Lo importante es admitir las carencias para evitar que esa buena idea de negocio muera por nuestra obstinada vanidad.

Las capacidades que hacen falta para dar el salto a empresario son, según Efrén Miranda, presidente de El Club del Emprendimiento, "gestión de equipos, visión global del negocio y pensamiento estratégico". No es todo. Diego Semprún, CEO de Hypernova Digital y managing director de Webtrekk Analytics España, también considera que lo que define a un empresario es "la responsabilidad ante terceros y en particular ante los clientes, empleados e inversores;la gran capacidad de aprendizaje;y la habilidad para tomar decisiones y llevarlas a cabo". Funciones para las que no todo el mundo vale, aunque hayan tenido la mejor idea de negocio de la historia. Aceptar las limitaciones es un signo de madurez empresarial, sobre todo si demuestras que tus aptitudes no encajan con las necesidades de crecimiento de tu compañía. Delegar ciertas funciones en profesionales de confianza es clave si buscamos la viabilidad de la organización.

Un buen ejemplo es Amancio Ortega que, tal y como explica Ignacio Mur, profesor de Esade, ha demostrado con creces ser una persona creativa, de producto, "pero interpreta la enorme importancia de la gestión y se rodea de buenos profesionales en este sentido. Así, Ortega ha estado arropado por figuras como Pablo Isla como consejero delegado, porque un buen emprendedor es consciente de sus frenos".

Emprendedor en serie
La realidad nos demuestra que, aunque hay innovadores que reconocen sus carencias, no son tantos los que ponen remedio porque consideran que de esta manera renunciarían a estar en la primera línea de su proyecto. Para Mur, "los emprendedores puros sirven para la etapa de creación y, con suerte, también para la de consolidación. Sin embargo, acostumbran a aburrirse en la etapa de crecimiento en la que cobran peso la gestión y la administración. Cuanto más creativa es una persona, más se aburre en estas fases". No opina lo mismo Semprún, quien considera que "si por emprendedor entendemos al que tiene iniciativa para crear algo, entonces estamos utilizando mal el término. Un emprendedor es aquel que quiere poner en marcha un negocio y, por lo tanto, quiere ser fundador de una empresa".

Pero querer y poder, pese a que a veces nos duela, no significan lo mismo, y cuando un emprendedor se da cuenta de sus limitaciones debe "conformar una estructura organizativa que le permita convertir su start up en toda una empresa. Esto es, crear un equipo de trabajo multidisciplinar, con perfiles complementarios a su alrededor, que supla sus carencias y complemente sus virtudes de tal manera que la organización pueda crecer", aconseja Miranda.

Encomendar ciertas funciones no debe traducirse en abdicar de la corona en tu proyecto. La figura del creador, origen de la empresa que será, siempre tiene cabida en la organización. "La clave está en asignarle las responsabilidades y las tareas acordes a su perfil, dentro del conjunto del equipo. La pasión y el empuje jugarán un papel importante en el desarrollo del negocio, pudiendo realizar aportaciones de gran valor para la expansión de la firma", sugiere el presidente de El Club del Emprendimiento. Un buen ejemplo de esta estrategia es Google. Larry Page, uno de sus creadores, decidió retirarse de la primera línea en 2001, cuando el motor de búsqueda comenzó la fase de crecimiento y los fondos de capital riesgo entraron en el accionariado. No fue hasta 2011 cuando recuperó sus labores como consejero ejecutivo.

En este camino empresarial, al emprendedor que desee convertirse no le quedará más remedio que aceptar ciertas renuncias: "A parte de la gestión de la empresa y, posiblemente, a parte de la propiedad de la misma. Pero ha de ser consciente de que esto es bueno, es un bien crítico para la supervivencia de la compañía", expone Miranda. "Fundar una empresa exige mucho esfuerzo", cuenta Rodrigo del Prado, socio fundador y director general adjunto de BQ, "es un trabajo muy intenso que requiere muchas horas al día y disponibilidad completa".

Enrocarse
Recuerda Mur que una vez una emprendedora le dijo: "Más vale el fracaso que la nostalgia de no haberlo intentado". Y no le faltaba razón, pero estaba malinterpretando el mensaje. Cuando un innovador, un creador de ideas se topa con la ineficiencia de su propia gestión y, aun así, decide hundirse con todo el equipo, el final siempre es el mismo: el cierre. "La fiebre emprendedora y la ilusión en ocasiones no te dejan ver la realidad", recuerda el profesor de Esade. En esos casos, Semprún recomienda que deje la empresa, "y para evitar problemas los términos de obligación de venta de las participaciones de un socio que no cumple deben estar recogidas en el pacto de socios". Una solución drástica que se podría evitar si el resto del equipo consigue hacerle ver que es necesario y que puede aportar y ofrecer valor añadido a la empresa, aunque no desde la gerencia. "Hay emprendedores que se sienten más cómodos en una estructura reducida y no tienen interés en dar el salto para crear una empresa mayor", asegura Miranda. Y también hay creativos que descubren que su leitmotiv es generar ideas, nuevos proyectos e innovar, pero la gestión, la creación de equipos y la administración les supera.

Conviértete en un hombre de negocios

La receta del éxito en el mundo de los negocios varía en función del sector, del público al que vas dirigido, la oportunidad, las posibilidades de crecer, de exportar, etcétera. Los ingredientes más importantes para que una empresa triunfe son, según Rodrigo del Prado, socio fundador y director general adjunto de BQ, "el talento, el trabajo constante y, quizá, una pizca de suerte". Vender, vender y vender. Estas son las máximas por las que debes guiarte si quieres vivir de tu compañía. No es sencillo. Efrén Miranda,

presidente de El Club del Emprendimiento, considera que los pasos que debes dar para hacer que tu 'start up' se haga mayor son: "Convertir tu idea de negocio en un modelo escalable, que será lo que te permita conseguir crecimientos exponenciales; conformar un equipo de trabajo profesional, con experiencia y conocimiento de sus respectivas áreas y de perfiles complementarios; diseñar un buen plan estratégico para tener claro a dónde quieres llegar y qué debes hacer para conseguirlo, que sirva de hoja de ruta y proporcione estabilidad al crecimiento de la organización; y establecer y poner por escrito un buen documento de procesos y procedimientos que facilite la integración en la compañía a las nuevas incorporaciones". Las empresas, para ser consideradas como tal, requieren una dimensión mínima suficiente. De ahí que sea esencial, en la fase semilla de tu proyecto, validar la idea de negocio, analizar bien los clientes a los que te diriges y proceder en consecuencia. Una vez superada esta etapa deberás plantearte qué posición ocupas en el organigrama de la compañía neonata. A veces pasa que el fundador debe abandonar la primera línea para actuar en la retaguardia. En cualquier caso, nunca podrás dejar al margen el negocio y tendrás que barajar, periódicamente, nuevas estrategias de crecimiento, planear otras formas de acercarte a tu público, buscar más mercados para tus productos o servicios, e innovar. Las áreas de ventas, márketing, equipo y finanzas serán una constante a las que deberás prestar atención siempre.

jueves, 1 de febrero de 2024

Alicia y los emprendedores: mitos falsos sobre la innovación y las empresas

(Un texto de Iñaqui Ortega leído en el suplemento económico del Heraldo de Aragón del 10 de septiembre de 2017).

Vivimos en un momento de muchos cambios sociales y económicos que nos exigen movernos para no quedarnos desactualizados. Algunas de las percepciones más arraigadas sobre la actividad empresarial son ya cinco mitos falsos del emprendimiento.

El efecto Reina Roja es una hipótesis que se usa en la teoría evolutiva para describir la necesaria adaptación continua de las especies para mantener el statu quo con su entorno. Los académicos describen este efecto de este modo: «Para un sistema evolutivo, la mejora continua es necesaria para mantener su ajuste a los sistemas con los que está evolucionando».

El término está tomado de la obra de Lewis Carroll […] 'Las aventuras de Alicia, el país de la Reina Roja'. Cuando Alicia lo visita, la reina le agarra de la mano y se ponen a correr a toda velocidad, ante la sorpresa de la niña; a pesar de su esfuerzo no se mueven de su sitio. La Reina le explica que en su país no basta con correr para avanzar porque como su tierra se mueve hay que hacerlo pero mucho más rápido para no quedarse atrás o en el mismo sitio.

Vivimos en un momento de muchos cambios sociales y económicos que nos exigen movernos para no quedamos desactualizados. Durante mucho tiempo se han tenido ancladas cinco percepciones sobre la actividad empresarial. A saber, innovar con éxito solo es posible en una gran empresa. Las generadoras de empleo son las grandes corporaciones. La colaboración entre pymes y multinacionales es una quimera. Los emprendedores son aprendices de empresarios y por último apoyar a las empresas y el emprendimiento es una cuestión que corresponde a los partidos de derechas. La velocidad de los cambios de los últimos tiempos nos ha impedido darnos cuenta que las cinco afirmaciones anteriores son ya cinco mitos falsos del emprendimiento que conviene desenmascarar, no solo para salir de nuestro error sino sobre todo para saber aprovechar el momento.

Primer mito: Solo se puede innovar en una gran empresa.

Coincidiendo con la década de los años 70 se instauró en nuestras mentes que las multinacionales son las corporaciones más eficientes ya que por su tamaño pueden lograr economías de escala. En cambio las pymes son incapaces, por ejemplo, de innovar ya que carecen de esos ingentes recursos. Pero la globalización ha hecho migrar la ventaja competitiva hacia actividades basadas en el conocimiento. Además los cambios tecnológicos han reducido el papel de las economías de escala, aumentado la competencia en los mercados y mejorado la capacitación de los agentes económicos, lo que ha beneficiado a las nuevas empresas. Ejemplos se encuentran en todos los sectores y basta con echar un vistazo a las listas de las más importantes empresas para darnos cuenta que muchas de ellas no existían hace muy pocos años y han sido capaces de escalar innovando en sus productos y servicios desde la pequeña escala. Las conocidas como empresas GAFA, Google, Amazon, Facebook y Apple son un buen ejemplo de ello.

Segundo mito: Las pymes no crean empleo.

La obsesión de los gobiernos por atraer las sedes de grandes multinacionales a sus territorios con todo tipo de incentivos con la esperanza de que esas inversiones reactivasen la economía y sobre todo el empleo llevó a situar en el imaginario de los ciudadanos a la gran empresa como el maná de la creación de puestos de trabajo. Pero no hace falta irse a los informes que desde los años 80 del siglo pasado publica la oficina del censo estadístico de Estados Unidos para certificar la falsedad de esa afirmación; basta con leer el último boletín trimestral de Cepyme que acredita que las pymes crearon el doble de empleos que las grandes empresas de abril a mayo a junio de este año.

Tercer mito: Es imposible la colaboración entre grandes y pequeñas empresas.

Como si hablásemos de dos especies que no pueden convivir, las ‘startups’ y las grandes empresas parecía que no podían trabajar juntas porque el poderío de las segundas acabaría con las primeras. Ha tenido que llegar el fenómeno del emprendimiento corporativo para darnos cuenta de lo equivocados que estábamos. Hoy las mayoría de las corporaciones se han dado cuenta, como ya dijo hace muchos años el fundador de Sun Microsystems, que por mucho talento que tengas en tu empresa siempre habrá más y mejor fuera de ella. De hecho no existe hoy una gran corporación sin un programa de colaboración para innovar junto a ‘startups’.

Cuarto mito: Los emprendedores son jóvenes aprendices de la profesión de empresarios.

De hecho las patronales han alimentado este mantra minusvalorando, torpemente, el término emprendedor que sin embargo goza de gran prestigio social. Torpemente porque ni son tan jóvenes, como confirma el informe GEM -la media de edad de los emprendedores en nuestro país se sitúa en los 35 años-, ni los sectores que eligen para emprender -por ejemplo la industria 4.0, que dominan como nadie-, parece que no tengan futuro. En los países más dinámicos lo tienen claro y los emprendedores son los referentes sociales.

Quinto mito: Apoyar el emprendimiento es una cuestión ideológica.

Parece que únicamente los partidos liberales o de centro-derecha están por potenciar a los emprendedores. Para comprobarlo, hace unos meses cuatro profesores de Deusto e Icade Business School nos lanzamos a analizar los programas electorales en materia de innovación y emprendimiento de los cuatro grandes partidos españoles: PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos. Nuestra investigación nos llevó a echar por tierra alguno de los estereotipos sobre los partidos de derechas e izquierdas en relación con la actividad emprendedora. Ni los más liberales en España están en contra de la intervención de lo público en la actividad económica, ni tampoco los cercanos a las posiciones más izquierdistas niegan el papel de las empresas como vehículo del progreso. Además todos apoyaban sin ambages la figura del emprendedor.

Al parecer la niña protagonista de Alicia en el país de las maravillas tenía 11 años, precisamente esa es la edad que tienen los más jóvenes representantes de la generación que ha sustituido a los 'milenial', aquellos nacidos a partir del año 1994. Estos chicos y chicas de la denominada 'generación Z' no tendrán en sus cabezas estos cinco lastres respecto de la actividad emprendedora; de hecho ya eligen emprender como primera opción cuando les preguntas en qué les gustaría trabajar en el futuro. Una buena noticia para el futuro de nuestro país.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Cafetera italiana: ‘in casa un expresso come al bar’

 (Un texto de Miguel Barral en el suplemento Tercer Milenio del Heraldo de Aragón del 22 de marzo de 2016)

La cafetera italiana, máquina moka o moka express fue ideada en 1930 por Alfonso Bialetti, el padre de las ‘criaturas’ –su hijo Renato y la cafetera–. Su icónico diseño de sólidas líneas y ángulos rectos elaborado en brillante y pulido metal y asa negra de baquelita atienden al gusto por el diseño industrial imperante en esos años, pasado por el peculiar filtro histórico-cultural- idiosincrásico italiano. Está fabricada en aluminio fundido debido al embargo que el régimen fascista impuso al acero para favorecer el ‘metal nacional’. Su diseño se inspira en un servicio de café de plata popular entre la clase alta del país. Y, según la leyenda, para su mecanismo de actuación, Alfonso se basó en la típica lavadora que utilizaban las mujeres italianas, que consistía en un depósito calentador donde se mezclaba el agua y el jabón, conectado a un estrecho tubo. La mezcla jabonosa, al ser calentada era expulsada, rociando la colada.

Tras años de tentativas, Bialetti consiguió trasladar este sistema a su novedosa cafetera. La base troncocónica octogonal resultaba idónea para soportar las altas presiones que se originaban en el interior al calentar el agua hasta su ebullición. El vapor, debido a la diferencia de presión con la cámara superior, abierta, se veía forzado a ascender por un tubo que le hacía atravesar el reservorio, donde esperaba el café molido y, así, en apenas unos minutos y con un mínimo esfuerzo, se podía degustar un café concentrado, negro, intenso y potente.

Aquello supuso una revolución para los muy cafeteros que, al fin, podían prepararse en sus domicilios un expreso casi idéntico al de las máquinas de café expreso de las cafeterías. Hasta la irrupción de la máquina moka, el café doméstico era en realidad una infusión que bien se obtenía en un puchero –sistema usual en los países mediterráneos que se mantiene, por ejemplo, en el café de pota típico de Galicia y Portugal o en el café turco– o bien en los percoladores o cafeteras de filtro, que todavía dominan en el mundo anglosajón. Con este último sistema, el agua del depósito se calienta, con lo que asciende a un segundo reservorio donde, al enfriarse y condensar, gotea a través de un filtro que contiene el café para volver al depósito inicial. Un ciclo que permite concentrar el brebaje y mantenerlo caliente al tiempo.

No obstante, la cafetera de Bialetti solo alcanzó su actual estatus con el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando Renato se hizo cargo del negocio paterno convirtiendo el invento de su padre en un clamoroso éxito de ventas que se instaló, para siempre, en millones de hogares de Italia y Europa.

LOS TIEMPOS DE MARIQUITA PÉREZ

En 1940 y mientras uno disfrutaba de un café bien cargado recién preparado en su flamante máquina moka, podía leer en la prensa que la compañía estadounidense Motorola había creado el comunicador portátil o walkie talkie. Que Karl Landteiner descubría el factor sanguíneo Rh. Que en California, y gracias al empleo de los novedosos ciclotrones, McMillan había sido capaz de sintetizar el primer elemento transuránico, el neptunio, dando comienzo así a una frenética competición por producir, siquiera durante unos segundos, elementos superpesados. Que también se había descubierto el isótopo radiactivo carbono-14, clave para el sistema de datación que siete años más tarde desarrollará Willard Libby. O que Piotr Kapitsa acababa de formular la teoría de la superfluidez. En España, Federico Cantero Villaamil por fin conseguía patentar su Libélula Viblandi, el primer helicóptero monorrotor. Y de la mano de Leonor Coello, nacía la inolvidable muñeca Mariquita Pérez.

lunes, 9 de octubre de 2023

Cajeros automáticos: dinero (y otras cosas) las 24 horas del día

(Un texto de Ángel Gavin en el tercer milenio del heraldo de Aragón del 23 de mayo de 2017)

No poder retirar dinero de su banco porque había cerrado puso en marcha la cabeza del escocés John Shepherd-Barron, creador del primer cajero automático que sería aceptado por los usuarios. Fue en los años sesenta. La inspiración le vino de las máquinas dispensadoras de chocolatinas.

[…] sabemos que quien inventó los cajeros automáticos lo hizo precisamente después de no poder retirar dinero de su banco, al encontrarse la oficina cerrada. Paradójicamente no fue el primero en intentarlo, pero sí en tener éxito.

Todos conocemos, desde que íbamos al colegio, al gran Thomas Alva Edison. Menos conocido es Luther George Simjian, al que algunos denominan el ‘segundo Edison’ por tener casi 200 patentes a su nombre. Simjian quedó huérfano de padres tras el genocidio del pueblo armenio por parte del imperio otomano. De pequeño tuvo que emigrar a Estados Unidos, donde terminaría desarrollando una brillante carrera como inventor.

Simjian inventó el primer cajero automático, pero no tuvo éxito. A veces pasa cuando eres el primero. En 1939 registró hasta 20 patentes relacionadas con los cajeros automáticos. Contactó con el grupo bancario Citi y consiguió que se hiciera una prueba. Sin embargo, el resultado no fue el esperado: la gente que usaba el cajero lo hacía persiguiendo el ‘anonimato’, sin ser vistos por el personal del banco.

Habría que esperar a los años sesenta para encontrar el primer cajero automático que fue aceptado por los usuarios. Se le debe al escocés John Shepherd-Barron. Cuenta la historia que, un sábado por la mañana, John pretendía sacar dinero del banco y se encontró que había cerrado hacía solo unos minutos.

Como otros muchos en su tiempo, sufrió en sus carnes el problema de no poder disponer de efectivo 24 horas al día, todos los días del año. Pero, a diferencia del resto, puso su empeño en resolver este ‘pequeño’ inconveniente. John trabajaba por entonces en una empresa que hacía máquinas para contar billetes. Pero la inspiración le vino de las máquinas dispensadoras de chocolatinas: una manera sencilla de conseguir chocolate en cualquier momento del día.

El primer cajero era muy distinto a los que conocemos ahora. No existían las bandas magnéticas, por lo que las ‘tarjetas’ eran cheques impregnados con un material radiactivo. Ideó también los códigos PIN (siglas de Número de Identificación Personal, en inglés) de cuatro dígitos para identificar al propietario. John Shepherd-Barron pensó en un número de seis dígitos, como el que identifica a los soldados, pero su mujer le recomendó que fueran cuatro por ser más fácil de recordar.

El cajero de Shepherd-Barron no estaba conectado a la red del banco. Solo dispensaba billetes de 10 libras y, al no poder comprobar si el usuario disponía de saldo, estaba restringido a personas de máxima confianza del banco.

Fue el grupo Barclays quien puso en marcha el primer cajero automático de Shepherd-Barron, en el municipio londinense de Enfield Town, un 27 de junio de 1967. Los cajeros automáticos no llegarían a España hasta 1974, ya con banda magnética. Desde entonces, han estado en constante evolución.

Por su aportación a la banca, en 2005 John Shepherd-Barron recibió el nombramiento de Oficial de la Orden del Imperio Británico.

En la actualidad, los medios de pago están evolucionando de forma vertiginosa. La introducción de banda magnética, la conexión a red, la posibilidad de pagar en comercios… son realidad desde hace tiempo. Hoy en día ya no necesitamos ni la tarjeta.

Pero, ¿y si nos olvidamos el móvil y la cartera? ¿Podemos todavía pagar? Los bancos ya han pensado en ello: relojes inteligentes, huellas dactilares, iris del ojo o reconocimiento facial nos están liberando ya de esos ‘pesados’ artilugios que son las tarjetas.

 

LECCIONES APRENDIDAS

NO IMPORTA NO SER EL PRIMERO

Ser el primero en hacer o conseguir algo no significa necesariamente alcanzar el éxito. Facebook no inventó el concepto de red social, ya había una antes (My Space). Pero por algún motivo My Space desapareció y fue Facebook quien se llevó todos los honores.

LA SOLUCIÓN QUE VALE PARA TI VALE PARA OTROS

Como ya se ha dicho en otras ocasiones, si tienes un problema, resuélvelo. Una vez resuelto descubrirás que son muchos a los que tu propuesta les resulta interesante.

INCONFORMISMO

El inconformismo siempre ha sido un valor en alza. Si todo el mundo asumiera que «las cosas siempre han sido así» y no se hiciera nada por cambiarlas, entonces no habría progreso.
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