martes, 5 de febrero de 2013

Emprendedores que empezaron mal... Y acabaron bien

(En un artículo de S. Torres en Mujer de Hoy del 15 de diciembre de 2012)

Steve Jobs. CEO de Apple (hasta su muerte en 2011).

Error. Insistió en que el ordenador Apple III, creado en 1980, no necesitaba un ventilador que se encargara de enfriar el sistema. Muchas unidades del modelo se sobrecalentaron y fallaron. No sé sabe si por esto, o por diferencias con su socio, fue despedido de la compañía que había fundado.

El Retorno. En 1997, después de que Apple comprara NeXT Software, la compañía que el propio Jobs había creado, volvió por la puerta grande y se centró en lo que sabía hacer: el diseño y la facilidad de uso de sus máquinas. Así, creó los tres gadgtes que cambiaron el mundo de Apple (y el nuestro): el iPod (2001), el iPhone (2007) y el iPad (2010).

Moraleja. Nadie es experto en todo. Hay que delegar en las personas adecuadas y centrarnos en lo que se nos da realmente bien.


Mary Kay Ash. Fundadora de Mary Kay Cosmetics Inc.

Error. Después de trabajar durante casi 25 años en el área de ventas en la compañía Stanley Home Products, Mary Ash se marchó de la empresa. Estaba completamente frustrada porque no tomaban su trabajo en serio y no le proporcionaban oportunidades de crecer profesionalmente.

El Retorno. Mientras estuvo en el paro, Mary Kay se puso a escribir un libro dirigido a mujeres emprendedoras y, para su sorpresa, descubrió que ella encajaba en el perfil del que hablaba en su obra. De ese modo nació la marca Mary Kay, y ese mismo año renunció a su antigua compañía, y empezó con una inversión inicial de 5,000 dólares. Cuando murió en el año 2001, su marca tenía más de 800,000 representantes a lo largo de 37 países y sus ventas anuales sobrepasaban los más de 2.000 millones de dólares.

Moraleja. Los reveses personales pueden inspirar buenas ideas de cara a los negocios.


Walt Disney. Fundador de The Walt Disney Co. (ahora Disney Corp.).

Error. Los gastos de producción que ocasionaron sus primeros cortometrajes de animación, 'El gato con botas' o su primera versión de 'La Cenicienta', sobrepasaron a los ingresos de la empresa. A principios de los años 30, la compañía debía más de cuatro millones de dólares.

El Retorno. Recaudó algo de dinero entre sus amistades (no mucho) y financió su obra maestra, el largometraje 'Blancanieves y los siete enanitos' (1938). El resto de la industria consideró esta inversión una auténtica locura, ya que nadie había hecho semejantes aportaciones de dinero en grandes producciones animadas. Sin embargo, la película revolucionó la industria y sacó a la compañía de la bancarrota. A raíz de este éxito, en el año 1939 se comenzaron a construir los estudios Walt Disney Studios.

Moraleja. A veces es suficiente con una idea potente e inédita para salvar un proyecto. Y siempre hay que arriesgar cuando se tiene fe.

Henry Ford. Fundador de Ford Motor Company.

Error. Las primeras ediciones de sus automóviles eran eficientes y veloces, pero la compañía carecía de una estrategia clara de ventas. Motor Company se transformó luego en la Henry Ford Company, de la que finalmente el fundador fue despedido por los inversores.

El Retorno. Al final, en su propia empresa y con su propio dinero, Henry Ford apostó por crear coches diseñados para el consumidor de clase media. Un producto menos elitista para llegar a un público masivo. La clave de su éxito residía en su procedimiento para reducir los costes de fabricación: la producción en serie, inspirada en el método de los mataderos, que fue conocida después como “fordismo”.

Moraleja. Para construir una marca, hace falta algo más que prestigio y un buen producto: hay que entender el mercado.

H.d. Sanders. Fundador de Kentucky Fried Chicken (KFC).

Error. No creó una estrategia de comercialización sólida. Empezó de manera informal, viajando de ciudad en ciudad y de restaurante en restaurante, cocinando su pollo para los dueños y sus empleados. Su visión de negocio demasiado local lo llevó a la ruina, aunque su marca, Kentuchy Fried Chicken, ya era reconocida y su rostro sigue siendo la imagen oficial de la marca.

El Retorno. En la década de los 50, Sanders tomó la decisión de franquiciar su concepto. Una década después de la apertura del primer restaurante, KFC ya tenía 600 locales en Estados Unidos.

Moraleja. No basta con tener una buena idea y un producto que pueda funcionar, hay que saber cómo venderlo, conocer a la potencial clientela y cuál es el modelo de negocio más adecuado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Free counter and web stats