(Un texto leído en el
suplemento dominical de El Mundo del 6 de octubre)
¿Estás preparado para
ser emprendedor interno? Debes tener en cuenta que no todos los que tienen
ideas son buenos intraemprendedores:
1. ¿Tienes prestigio interno por haber demostrado buenos resultados y
haber dado ya ideas de éxito?
Si es así, propón tu
proyecto. De lo contrario, harías bien en centrarte primero en hacer bien lo
que haces, en ser fiable y confiable. Si es así, pronto tendrás influencia suficiente
para que se escuchen y se consideren tus aportaciones.
2. Cuando tomo un reto lo llevo hasta el final: entonces, demuestra
lo que vales. Si no eres de tener muchas ideas y te cuesta hacer y acabar las
cosas, mejora en esto. No participes del hayqueísmo
ni te conviertas en fan del «habría que hacer».
3. Aprende a compartir los éxitos. No importa si al final la medalla
se la pone el que te dejó hacer. Tú y tu equipo sabéis quién emprendió esto.
4. Si aguantas mal las complicaciones y los líos, mejor búscate un
emprendedor que necesite una idea para que la lleve hasta el final y disfruta
de quedar en segundo plano.
5. ¿Admites bien las críticas, el feedback
y los consejos?
Si es así, cuantas más
ideas y críticas a lo que haces te lleva a estar más cerca estoy de hacerlo mejor.
Tu idea será capaz de evolucionar y de encajar en las exigencias de los demás.
Si te molesta que se metan con tu idea y no te gusta que te cuestionen, está
claro que intraemprender no es lo
tuyo.
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