domingo, 6 de julio de 2014

Tolerancia al fracaso



(Un texto de Jorge Parra en el suplemento económico del Heraldo de Aragón del 5 de enero de 2014)

Arthur C. Clarke dijo que la evolución de las grandes ideas pasa por tres etapas. Al principio, la gente te dice que es una idea loca y que nunca funcionará. Después, que tu idea puede funcionar, pero que no merece la pena llevarla a cabo. Finalmente, comentan: «¡Cuántas veces te dije que era una gran idea!».
Muchas de las innovaciones geniales del mundo de los negocios han pasado por este ciclo. Los innovadores saben que necesitan una amplia tolerancia al riesgo y al fracaso para seguir adelante. Edison inventó la bombilla tras más de mil intentos fallidos. Cuando un periodista le preguntó si no se desanimaba ante tantos fracasos, le respondió: «¿Fracasos? No sé de qué me habla. En cada ocasión he descubierto un motivo por el cual una bombilla no funcionaba. Ahora ya sé mil maneras de no hacer una bombilla». 

El fracaso es un concepto temido por la mayoría de los empresarios pero es un concepto relativo que si se enfoca adecuadamente puede ser un potente motor de innovación. Cada vez más empresas crean ambientes tolerantes con el fracaso controlado, porque saben que están esparciendo semillas, algunas de las cuales podrían transformarse en un gran éxito.  

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