jueves, 26 de febrero de 2015

Argot para emprendedores



(Un texto de Iñaqui Ortega en el suplemento económico de El Mundo del 8 de diciembre de 2013)

Cada profesión tiene su argot particular, y quienes quieran sacar adelante una start-up lo primero que tienen que hacer es familiarizarse con un nuevo esperanto que se habla tanto en Palo Alto como en Vallecas.

Hayas escrito tu plan de negocio en una servilleta o en un canvas -elemento html que permite la incorporación de gráficos-, necesitarás buenas ideas y algo de dinero para convertirte en CEO -Chief Executive Officer- de tu empresa. Si la financiación sale de tu bolsillo o del de algún primo, sea familiar o no, entonces estás recurriendo a las socorridas «tres F» -friends, fools and family-, amigos, locos y familia. Cuando el apoyo de tu entorno es sólo anímico no te quedará más remedio que hacer bootstrapping, es decir apañártelas con los recursos que tienes a tu alcance.

Por el contrario, si tu idea es captar un inversor profesional, entonces lo que necesitas es «levantar» dinero. Muchos emprendedores buscan a los business angels y a los VC -Venture Capital-. Unos y otros proporcionan equity, es decir, capital, con la esperanza de tener en el futuro un lucrativo exit, que es como se denomina la salida a través de la venta de sus participaciones.

Una vez tengas claro que necesitas seed capital -inversión de arranque-, es imprescindible que elabores un elevator pitch -discurso- destinado a seducir a tu interlocutor en el tiempo que se tarda en coger el ascensor. Si eres convincente vendiéndole las bondades de tu start up eso te proporciona un track record -brillante historial- sólido y es probable que el inversor te vea digno de alimentar su deal fIow, esto es, su cartera de proyectos. En este caso, se iniciará una negociación que acabará plasmándose en una term sheet -hoja de términos-. Si aceptas esta oferta lo que haces es cerrar una ronda de inversión y es excusa suficiente para invitar a todo el equipo a otro tipo de rondas en algún bar.

Tras la resaca de la celebración, te darás cuenta muy pronto de que el nuevo dinero que llega te ha liberado de unas preocupaciones pero te ha generado otras, ya que tus inversores insistirán constantemente en las métricas, que son el nombre con que se suelen referir a los indicadores claves de la marcha de tu negocio. Por descontado deberás estar familiarizado con los anglicismos que han colonizado nuestro acervo financiero como cash flow -flujo de caja-, ebitda -ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización-, working capital -capital de explotación- o break even -cubrir los gastos-. Y si tu negocio es de lnternet, prepárate porque oirás hablar de sindicaciones, afiliaciones y conversiones, con un significado muy diferente al del diccionario amén de un repertorio de siglas (SEO, SEM, ROl... ) que nunca aparecerán en él.

Aunque la mayoría de los términos que han venido poblando este nuevo dialecto carecen del beneplácito de la RAE, no te preocupes porque esta nueva tribu de los estartaperos es distintiva también en esto. Y si, por desgracia, tu negocio cierra míralo por el lado bueno y recuerda que fail en inglés es también un acrónimo que significa first attempt in learning -primer intento en el aprendizaje-.

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