(Un texto de Óscar Lobera Segurado en el suplemento económico
del Heraldo de Aragón del 12 de enero de 2014)
Varias publicaciones se han hecho eco de un reciente estudio
de investigadores de la Universidad de Sidney, en Australia, en el que se pone
en tela de juicio la idoneidad de los espacios de trabajo abiertos frente a los
cerrados y los compartimentados. Tradicionalmente, las oficinas abiertas han
sido las preferidas por considerarse apropiadas para facilitar la comunicación
y la interrelación entre las personas, además de permitir un mayor aprovechamiento
del espacio.
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