domingo, 8 de marzo de 2015

Maldito móvil



(Un texto de Pascual Drake en el suplemento económico de El Mundo del 8 de diciembre de 2013)

Con los móviles podemos seguir haciendo llamadas porque a los fabricantes les da como ‘cosica’ quitar esa opción. Los móviles son receptores y emisores de mensajes y pequeñas miniconsolas de juegos. Y punto. Lo de las llamadas es tan del siglo XX... Sí, es para echarse a llorar. Lamentos a un lado, esta multifuncionalidad de los móviles tiene una divertida ventaja y es que está desenmascarando qué hay detrás de las intenciones y de la educación de cada ser humano cuando se enfrenta a una reunión laboral. He aquí cinco actitudes y su significado:

Poner el móvil encima de la mesa
Bien si está apagado o silenciado y dado la vuelta. Si no, denota que te importa poco o tirando a nada esa reunión. Y más aún si cada vez que se ilumina la pantalla se te van los ojillos. Peor es dejarlo en modo vibrador y que tiemble la mesa cada vez que un colega te manda una foto privada al Whatsapp. Eso solo se puede hacer en caso de ser el jefe supremo de esa sala. Y si además enseñas la foto al resto de interlocutores es que eres Berlusconi. Y no creo que lo seas. O sí. ¿Silvio, estás ahí?

Tomar apuntes con el móvil
¿Me estás tomando el pelo? Si realmente necesitas apuntar lo que se va a debatir en una negociación o presentación, utiliza un bolígrafo Bic de los de toda la vida y una libreta de anillas. Nada de folios sueltos, que se note que te importa. Las libretas de anillas lo aguantan todo y otorgan credibilidad al interlocutor, eso lo sabe todo el mundo. Tomar notas con el móvil o la tableta es postureo. Nadie es capaz de tomar notas con criterio y velocidad en esos dispositivos. Repito, nadie.

Tener el móvil entre las manos debajo de la mesa
No te engañes, todos, repito, todos tus interlocutores saben que estás contestando correos, ligando por Whatsapp, batiendo records en el Angry Birds o tuiteando. No disimules, esa reunión no te importa nada y te aseguro que toda la mesa lo tiene claro desde el minuto uno. No hay nada peor que alguien en una mesa con las manos por debajo de la misma un rato largo. Además van a pensar que eres un maleducado.

Tener el móvil en el bolsillo
Empezamos a aproximarnos a la situación correcta. Lo ideal es anunciar antes de la reunión que estás esperando una llamada importante y, en caso de que te llamen, salir de la sala disculpándote. En cambio, si sacas el móvil cada vez que vibra es casi peor que los casos anteriores.

No llevar el móvil a la reunión
(Risas) No, ¿en serio? Eres mi nuevo héroe, el mesías que tenía que llegar. De verdad, eso no existe. La otra opción es que seas el raro de la oficina. Míratelo.

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