(Un texto de Pascual Drake en el suplemento económico de El
Mundo del 8 de diciembre de 2013)
Con los móviles podemos seguir haciendo llamadas porque a
los fabricantes les da como ‘cosica’ quitar esa opción. Los móviles son
receptores y emisores de mensajes y pequeñas miniconsolas de juegos. Y punto. Lo
de las llamadas es tan del siglo XX... Sí, es para echarse a llorar. Lamentos a
un lado, esta multifuncionalidad de los móviles tiene una divertida ventaja y
es que está desenmascarando qué hay detrás de las intenciones y de la educación
de cada ser humano cuando se enfrenta a una reunión laboral. He aquí cinco
actitudes y su significado:
Poner el móvil encima
de la mesa
Bien si está apagado o silenciado y dado la vuelta. Si no,
denota que te importa poco o tirando a nada esa reunión. Y más aún si cada vez
que se ilumina la pantalla se te van los ojillos. Peor es dejarlo en modo
vibrador y que tiemble la mesa cada vez que un colega te manda una foto privada
al Whatsapp. Eso solo se puede hacer
en caso de ser el jefe supremo de esa sala. Y si además enseñas la foto al
resto de interlocutores es que eres Berlusconi. Y no creo que lo seas. O sí.
¿Silvio, estás ahí?
Tomar apuntes con el
móvil
¿Me estás tomando el pelo? Si realmente necesitas apuntar lo
que se va a debatir en una negociación o presentación, utiliza un bolígrafo Bic de los de toda la vida y una libreta
de anillas. Nada de folios sueltos, que se note que te importa. Las libretas de
anillas lo aguantan todo y otorgan credibilidad al interlocutor, eso lo sabe
todo el mundo. Tomar notas con el móvil o la tableta es postureo. Nadie es
capaz de tomar notas con criterio y velocidad en esos dispositivos. Repito,
nadie.
Tener el móvil entre
las manos debajo de la mesa
No te engañes, todos, repito, todos tus interlocutores saben
que estás contestando correos, ligando por Whatsapp,
batiendo records en el Angry Birds o tuiteando. No disimules, esa reunión no
te importa nada y te aseguro que toda la mesa lo tiene claro desde el minuto
uno. No hay nada peor que alguien en una mesa con las manos por debajo de la
misma un rato largo. Además van a pensar que eres un maleducado.
Tener el móvil en el
bolsillo
Empezamos a aproximarnos a la situación correcta. Lo ideal
es anunciar antes de la reunión que estás esperando una llamada importante y,
en caso de que te llamen, salir de la sala disculpándote. En cambio, si sacas
el móvil cada vez que vibra es casi peor que los casos anteriores.
No llevar el móvil a
la reunión
(Risas) No, ¿en serio? Eres mi nuevo héroe, el mesías
que tenía que llegar. De verdad, eso no existe. La otra opción es que seas el
raro de la oficina. Míratelo.
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