(Un texto de Ángela
Méndez en el suplemento económico de El Mundo del 20 de octubre de 2013)
Lo importante es saber
cuáles son tus habilidades para diseñar un plan de negocio que te permita hacer
realidad tu proyecto.
Todos los emprendedores son
únicos. Sin embargo, tienden a compartir características que hacen que dirijan
sus proyectos de una manera determinada. Para Sébastian Chartier, fundador del
Salón MiEmpresa, aunque se les puede agrupar en distintas categorías, hay dos grandes
grupos: los vocacionales, que llevan el gusanillo emprendedor y que lo hacen
por vocación, es decir, que han querido tomar las riendas de su futuro, asumir
el riesgo y crear algo valioso; y los necesitados, aquellos que por circunstancias
ajenas (paro, dificultad para encontrar un empleo, insatisfacción en su puesto actual...)
se plantean lanzarse por su cuenta.
Juan Merodio, Socio de
InvierteMe, defiende que el emprendedor se hace y añade que «dada la coyuntura económica,
está aumentando el número de los emprendedores por necesidad». Pero al final no
hay que olvidar que el motivo que les llevó a crear su empresa es sólo la palanca
de arranque; lo importante llega con la puesta en práctica y el desarrollo. Cuanto
más rápido sepas cuáles son tus fortalezas, mejor preparado estarás para trabajar
tus debilidades y conseguir tus objetivos.
En serie
El que no tiene miedo a emprender.
Le gustan los riesgos, es incapaz de trabajar para otros que le limiten la
responsabilidad y que no le permitan hacer cambios e innovar en sus productos o
servicios. Chartier dice que «la creación es su pasión y se dedica a lanzar una
compañía cada 3 ó 4 años. Lo que le motiva es la fase de arranque, de
lanzamiento y después prefiere que sean otros los que la hagan crecer».
Este tipo de profesional
quiere ser dueño de su futuro, no tener que rendir cuentas ni que le echen en
cara los fallos. Pilar Andrade, presidenta de la Confederación Española de
Jóvenes Empresarios, puntualiza que «en algunos casos no les mueve ganar
dinero. La supervivencia de su proyecto y la proyección de su empresa son lo más
gratificante».
Sus reiterados
proyectos, fracasos y éxitos se convierten en ejemplos para aquellos que quieren
emprender. Saben que la formación es la base de la mejora y están siempre
alerta sobre las últimas tendencias y necesidades del mercado.
Por necesidad
Aquellos emprendedores que
por circunstancias puntuales de la vida deciden convertirse en sus propios
jefes. Muchos aprovechan la experiencia acumulada de años trabajando por cuenta
ajena para hacer lo mismo, pero de forma autónoma. Andrade explica que «algunos
de estos profesionales sólo quieren hacer inversiones mínimas y contratan al
personal necesario. No tienen conocimiento empresarial, se dejan asesorar por
expertos de confianza y llevan su proyecto adelante con seguridad».
Vendedor
La motivación de este profesional
es muy clara: hacer dinero. El objetivo de incorporar un nuevo negocio en el
mercado es venderlo a los pocos años a una gran compañía. Antes de lanzar su iniciativa
Chartier explica que suele analizar qué tipo de empresas están comprando las grandes
que cotizan en Bolsa e intenta hacerse hueco en un mercado donde no están presentes,
con el fin de vendérselo para agilizarles la entrada en este campo.
Social
Tiene una vocación
definida en ámbitos concretos, como la cultura, la sanidad, la biología o la
sostenibilidad. Merodio comenta que «una vez que han identificado una necesidad,
se dedican en cuerpo y alma a luchar por ella». Tienen un conocimiento empresarial
justo y necesario, ya que no buscan dimensión como empresa sino como proyecto. No
arriesgan, ya que comenzando desde cero y con recursos públicos o externos
minimizan riesgos.
'Emprendesario' de más de 60
«Es el creador de
empresas que por una frustración o para dejar un negocio a sus hijos, basado
muchas veces en su experiencia, decide, cerca de la jubilación, montar un negocio»,
dice Andrade. Son emprendedores que no observan lo que ocurre a su alrededor,
ni en su sector ni en otros. Más bien están en su en su mundo. Tienen una base
empresarial que han podido adquirido como directores financieros o de producto
en otras empresas y saben lo que quieren y no arriesgan.
Visionario
Se caracteriza por una clara
vocación y pasión en todo lo que hace. Merodio afirma que este tipo siempre
está un paso por delante y con ganas de cambiar el mundo y las cosas que no
funcionan. Suele contar con una buena formación, pero no deja de adquirir
nuevos conocimientos en otros ámbitos empresariales para alcanzar la perfección.
Se arriesgan y apoyan proyectos de otros emprendedores.
Por sucesión
Son hijos de empresario que
tienen que dar continuidad a la firma familiar. Para algunos, esta imposición
no es tal pues, al vivirlo, comprenden de forma natural el funcionamiento de la
empresa. Este conocimiento les evita errores que han cometido sus antecesores y
les permite potenciar la compañía. Su capacidad de riesgo es menor y a menudo reconocen
que nunca hubiesen montado una empresa.
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