(Un texto de María Tapia
en el suplemento dominical de El Mundo del 12 de enero de 2014)
"Si quieres hacerte
rico, inventa un objeto desechable, que la gente consuma una y otra vez",
fue el consejo que siguió King Camp Gillette de su jefe y con el que logró
crear la primera maquinilla de afeitar de la Historia. Hasta entonces, acabar
con el molesto vello era oficio de barberos. Un modelo para soldados fue el espaldarazo
definitivo de la patente de 1901.
La historia de la
maquinilla de afeitar se remonta a principios del siglo XX. Antes de su creación,
eran los barberos quienes mantenían lustrosos los rostros de los señores. La alternativa
era que cada cual se recortase la barba con una rudimentaria y peligrosa
cuchilla. En esas andaba King Camp Gillette una mañana de 1895, el filo de su
instrumento no cortaba y pensó que ya había llegado el momento de afilarla. A raíz
de ese pensamiento ideó una maquinilla formada por dos piezas, el mango y una
hoja extraíble intercambiable. Veinte años más tarde, su creador explicaría que
"la idea vino a mí más con la rapidez de un sueño que con la lentitud de
un razonamiento". Sea como fuere, se hizo realidad.
Materializar la idea no
fue fácil. El proceso de fabricación duró seis anos. Ingenieros y metalúrgicos
colaboraron en este proyecto en el que tenían que averiguar cómo hacer hojas de
acero finas y afiladas y, al mismo tiempo, muy resistentes. El 28 de septiembre
de 1901, King C. Gillette fundo en Boston la American Safety Razor y el 3 de diciembre
de ese año obtuvo la patente para la primera maquinilla.
En aquella época,
Gillette era un modesto vendedor que obtuvo la financiación de sus amistades. Todos
esperaban hacerse ricos, pero sus expectativas se frustraron al finalizar 1903:
solo se vendieron 51 maquinillas y 168 hojas. Un año más tarde, el número de maquinillas
vendidas fue de 90.884 y el de las hojas, 123.648. En 1906, la empresa,
rebautizada como The Gillete Company, comenzó su expansión por Europa, México y
Canadá.
A pesar de la
maquinilla, los barberos aun tenían un gran negocio, que Gillette buscaba
colonizar a través de la publicidad. Y, aunque la Safety Razor cada vez contaba
con más adeptos, fue la entrada de EEUU en la I Guerra Mundial lo que marco su
aceptación definitiva. King C. Gillette tuvo otra idea: lanzar un estuche con
insignias militares y marinas por cinco dólares. Millones de soldados lo llevaron
al frente y se convirtieron en clientes. En 1918, la armada norteamericana decidió
proporcionar esos kits. Se vendieron tres
millones y medio de maquinillas y 32 millones de hojas.
En 1921, a punto de finalizar
la patente, presenta una Safety Razor mejorada por 5 euros y mantiene el modelo
antiguo por 1 euro.
KING CAMP GILLETTE nació el 5 de enero de 1855. Su padre fue
inventor y agente de patentes y su madre escribía libros de cocina. Nació en Wisconsin
y a los 4 años se trasladó con su familia a Chicago. Allí su padre abrió una
exitosa ferretería donde comercializaba sus propios productos. En 1871, el incendio
que asoló la ciudad arrasó la tienda, lo que obligó a King, con 17 años, a
ponerse a trabajar.
Con 35 años ingresó como
vendedor en la Baltimore Seal Company. Su presidente, Willian Painter, le dio
un consejo que se convirtió en su mayor obsesión: "Si quieres hacerte
rico, inventa un objeto desechable que la gente consuma una y otra vez".
ÉI lo consiguió con una tapa de corcho para botellas de cerveza. Gillette logró
varias patentes pero aún no había ganado dinero.
Tras el éxito de la
Safety Razor a principios del siglo XX y de las grandes ventas gracias a los soldados
que la llevaron al frente durante la I Guerra Mundial, llegó la Gran Depresión.
Las ventas de la maquinilla descendieron y la compañía lanzó nuevos modelos,
como la Blue Blade y la Thin Blade.
La maquinilla de afeitar
se encuentra con un nuevo competidor, la maquinilla eléctrica. Por lo que, en 1968,
The Gillette Company compra Braun ante la amenaza que suponía para sus ventas
el éxito del afeitado en seco.
Con más de un siglo de
trayectoria a sus espaldas, la maquinilla sigue siendo un imprescindible del
cuidado masculino. El último modelo de Gillette es la Fusion Proglide, con hojas
más finas y precisas, con una superficie que favorece el deslizamiento y un mango
ergonómico.
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