domingo, 14 de septiembre de 2014

Inventos inspirados: la maquinilla



(Un texto de María Tapia en el suplemento dominical de El Mundo del 12 de enero de 2014)

"Si quieres hacerte rico, inventa un objeto desechable, que la gente consuma una y otra vez", fue el consejo que siguió King Camp Gillette de su jefe y con el que logró crear la primera maquinilla de afeitar de la Historia. Hasta entonces, acabar con el molesto vello era oficio de barberos. Un modelo para soldados fue el espaldarazo definitivo de la patente de 1901.

La historia de la maquinilla de afeitar se remonta a principios del siglo XX. Antes de su creación, eran los barberos quienes mantenían lustrosos los rostros de los señores. La alternativa era que cada cual se recortase la barba con una rudimentaria y peligrosa cuchilla. En esas andaba King Camp Gillette una mañana de 1895, el filo de su instrumento no cortaba y pensó que ya había llegado el momento de afilarla. A raíz de ese pensamiento ideó una maquinilla formada por dos piezas, el mango y una hoja extraíble intercambiable. Veinte años más tarde, su creador explicaría que "la idea vino a mí más con la rapidez de un sueño que con la lentitud de un razonamiento". Sea como fuere, se hizo realidad.

Materializar la idea no fue fácil. El proceso de fabricación duró seis anos. Ingenieros y metalúrgicos colaboraron en este proyecto en el que tenían que averiguar cómo hacer hojas de acero finas y afiladas y, al mismo tiempo, muy resistentes. El 28 de septiembre de 1901, King C. Gillette fundo en Boston la American Safety Razor y el 3 de diciembre de ese año obtuvo la patente para la primera maquinilla.

En aquella época, Gillette era un modesto vendedor que obtuvo la financiación de sus amistades. Todos esperaban hacerse ricos, pero sus expectativas se frustraron al finalizar 1903: solo se vendieron 51 maquinillas y 168 hojas. Un año más tarde, el número de maquinillas vendidas fue de 90.884 y el de las hojas, 123.648. En 1906, la empresa, rebautizada como The Gillete Company, comenzó su expansión por Europa, México y Canadá.
A pesar de la maquinilla, los barberos aun tenían un gran negocio, que Gillette buscaba colonizar a través de la publicidad. Y, aunque la Safety Razor cada vez contaba con más adeptos, fue la entrada de EEUU en la I Guerra Mundial lo que marco su aceptación definitiva. King C. Gillette tuvo otra idea: lanzar un estuche con insignias militares y marinas por cinco dólares. Millones de soldados lo llevaron al frente y se convirtieron en clientes. En 1918, la armada norteamericana decidió proporcionar esos kits. Se vendieron tres millones y medio de maquinillas y 32 millones de hojas.

En 1921, a punto de finalizar la patente, presenta una Safety Razor mejorada por 5 euros y mantiene el modelo antiguo por 1 euro.

KING CAMP GILLETTE nació el 5 de enero de 1855. Su padre fue inventor y agente de patentes y su madre escribía libros de cocina. Nació en Wisconsin y a los 4 años se trasladó con su familia a Chicago. Allí su padre abrió una exitosa ferretería donde comercializaba sus propios productos. En 1871, el incendio que asoló la ciudad arrasó la tienda, lo que obligó a King, con 17 años, a ponerse a trabajar.

Con 35 años ingresó como vendedor en la Baltimore Seal Company. Su presidente, Willian Painter, le dio un consejo que se convirtió en su mayor obsesión: "Si quieres hacerte rico, inventa un objeto desechable que la gente consuma una y otra vez". ÉI lo consiguió con una tapa de corcho para botellas de cerveza. Gillette logró varias patentes pero aún no había ganado dinero.

Tras el éxito de la Safety Razor a principios del siglo XX y de las grandes ventas gracias a los soldados que la llevaron al frente durante la I Guerra Mundial, llegó la Gran Depresión. Las ventas de la maquinilla descendieron y la compañía lanzó nuevos modelos, como la Blue Blade y la Thin Blade.

La maquinilla de afeitar se encuentra con un nuevo competidor, la maquinilla eléctrica. Por lo que, en 1968, The Gillette Company compra Braun ante la amenaza que suponía para sus ventas el éxito del afeitado en seco.

Con más de un siglo de trayectoria a sus espaldas, la maquinilla sigue siendo un imprescindible del cuidado masculino. El último modelo de Gillette es la Fusion Proglide, con hojas más finas y precisas, con una superficie que favorece el deslizamiento y un mango ergonómico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Free counter and web stats