martes, 30 de abril de 2013

¿Eres un Iniciador o un continuador?



(Un artículo de Montse Mateos en el suplemento económico de El Mundo del 14 de abril)

La tasa de actividad de las start up aumentó en 2012 un 9,34%, algo de lo que no pueden presumir las empresas que llevan entre uno y cinco años en el mercado: el 34,5% desaparecieron. Estos datos, que reveló el Global Entrepeneur Monitor (GEM) España 2012 presentado el pasado lunes, confirman que el espíritu emprendedor existe, pero parece que los españoles no somos tan buenos en dar larga vida a las empresas de nueva creación.

Joan Torrent, director de UOC Business School, los define como emprendedores iniciadores: "Lanzan nuevas propuestas de utilidad al mercado y cuando alcanzan mínimos de rentabilidad o existe una previsión con cierta consistencia, venden y se empeñan en el desarrollo de otra nueva idea".

Estos emprendedores son especialistas en identificar las necesidades de negocio, las propuestas de utilidad y detectar nuevas oportunidades que pueden cambiar el mundo. Según Torrent, otras de las características que diferencian a estas mentes inquietas de aquellos que crean un negocio con la única intención de venderlo en poco tiempo es "que generan una nueva actividad, están presentes en toda la economía y se mueven por sus capacidades de iniciación". Pero no hay que olvidar que el tejido empresarial no puede crecer sin la existencia de otro tipo de emprendedores. Son los continuadores, empresarios que creen en una actividad, poseen una visión a largo plazo y cogen el testigo de los iniciadores por la sostenibilidad de la empresa.

lunes, 29 de abril de 2013

Aprende a vender tu ‘start up’



(Un artículo de Montse Mateos en el suplemento económico de El Mundo del 14 de abril)

Si lo que te va es poner en marcha nuevos negocios, no permitas que la gestión de tu primera ‘start up’ te ahogue. Venderla a tiempo te proporcionará el capital, los contactos y la experiencia necesarios para dar rienda suelta a tu espíritu emprendedor. Aprovecha la oportunidad para lanzar al mercado otra idea de éxito o convertirte en ‘business angel’ y seguir alimentando el ecosistema empresarial.

Ángel María Herrera es emprendedor y, desde que en 2005 diera el salto al mundo empresarial, ha creado siete empresas. Influenzia, que pone en contacto a bloggers y marcas, y Bubok, una plataforma de autopublicación de libros, son dos de las más conocidas. También es uno de los artífices de Fundación Iniciador, dedicada a fomentar el emprendimiento en el mundo. “Alguno de mis negocios han fracasado, eso es parte del juego y te permite aprender de los errores. Otros siguen adelante, pero sin mí. La clave para tener una trayectoria como ésta y avanzar es ser consciente de lo que realmente haces bien. Creo que soy bueno iniciando nuevos negocios, pero no tanto consolidándolos. Por eso, tras cinco años en Bubok decidí pasar el testigo a Jorge Mejías para que la dirigiera y la hiciera crecer. Eso me da espacio para dedicarme al siguiente proyecto, en el que me empeño con la misma pasión que en los anteriores”, afirma Herrera, quien no concibe a los emprendedores que persiguen el lucro rápido y fácil con la venta de su empresa: "Es una decisión que obedece a tus principios. La línea positiva es venderla para que crezca. Hay que ser congruente con los valores que han generado tu negocio".

Si has invertido pasión, empeño y muchas horas de trabajo en la puesta en marcha de un negocio, y observas que el proyecto no te llena quizá ha llegado el momento de quedarte a un lado y valorar la venta de la compañía en beneficio de su supervivencia. Miguel Arias es socio fundador de Imaste, una plataforma de ferias y eventos virtuales que el año pasado fue adquirida por ON24, una compañía estadounidense dedicada a soluciones de eventos virtuales y webcasting.

Arias explica que "el emprendedor tiene una mente inquieta, un espíritu que suele estar ligado a encadenar varios proyectos –serial entrepreneur– pero, a veces, cuando la start up que has creado se hace demasiado grande te diluyes, la gestión te puede ahogar. Por eso conviene saber desligarse para crear otros proyectos que te llenen. Cuando vendes tu negocio no sólo adquieres una mayor capacidad financiera, además dispones de una red de contactos y una credibilidad que te ayudan a avanzar como empresario o te animan a convertirte en business angel. Es complicado tener dos ideas brillantes, pero puedes ayudar a que otras se hagan grandes. En España faltan grandes campeones de Internet".

Ése es uno de los objetivos que también tiene por delante Françoix Derbaix. Artífice de Top Rural y Rentalia, firmas que vendió el año pasado a Homeway e Idealista.com, respectivamente, además de trabajar en la puesta en marcha de nuevos proyectos, este emprendedor ha invertido en el desarrollo de 19 start up. "Top Rural fue la décimooctava compañía que adquiría Homeway. En España, a diferencia de Estados Unidos, hay pocas organizaciones que se arriesguen de verdad como lo hizo Telefónica cuando compró Tuenti. Es necesario que se produzcan más compras para que sea rentable que los emprendedores puedan salir de su negocio y crear otros nuevos", asegura Derbaix. Añade que hay que hacer entender al mercado que vender una compañía forma parte de su ciclo de vida: "La compraventa es necesaria para que los empresarios tengan la oportunidad de financiar a otros".

Al margen de tus objetivos posteriores, si te planteas desprenderte de tu negocio debes procurar dejarlo en manos de alguien capaz de hacerlo crecer. Recuerda que una venta que persigue la especulación puede suponer un punto negro en tu trayectoria como emprendedor y en tu credibilidad, si pretendes invertir en otras start up en un futuro. Para dar con el mejor postor Raúl Herrero, profesor de la EOI en el área de proyectos de innovación, apunta que es recomendable acercarse a la competencia o a través de business angels: "He asistido a varias rondas de financiación. Creo que es el mejor lugar para dar con el comprador más fiable".

Traspasar una empresa de forma correcta depende de un proceso exquisito, de lo contrario la marca del emprendedor quedará dañada. Miguel Gordillo, socio de eGauss –firma de inversión de start up–, señala que es relativamente sencillo detectar al emprendedor especulador, aquel que sólo persigue el lucro rápido. "Cuando se le pregunta por los ingresos ordinarios y sostenibles de la sociedad no da una respuesta convincente. Explica que procederán de la publicidad o de la venta de alguna aplicación. Se trata de un modelo de negocio que puede ser o no muy rentable, pero que no es el que nosotros buscamos".

Víctor Navarro, emprendedor y creador de Tikcode –portal que permite recuperar parte del dinero de las compras habituales–, define a los especuladores como personas muy egocéntricas: "Cuando entran en una sociedad lo hacen otorgando un alto valor a su know how, experiencia y contactos. Por eso exigen un sueldo elevado y tener más acciones. Sin embargo procuran arriesgar poco capital". Para defenderse de ellos Ángel Luengo, artífice de 24symbols –una plataforma que facilita libros gratis–, recomienda dejar muy claros los roles y la participación de cada socio en los estatutos de la sociedad: "Si uno de ellos decide vender su parte hay que establecer los términos en los que se produce esa transferencia de acciones. Las claúsulas tienen que ser muy específicas".

Según Nacho de Pinedo, fundador del Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI), "cualquier socio está en su derecho de vender su parte al mejor postor y enriquecerse con ello. La mejor manera de gestionar estos posibles conflictos de intereses es asociarse con personas que compartan la misma visión estratégica de la empresa. También es un asunto que se puede reflejar en el pacto de socios, estableciendo unas condiciones o mayorías cualificadas para la venta".

Ander Michelena, creador junto con Jon Uriarte de Ticketbis –dedicada a la compraventa de entradas para eventos– identifica el drag along –derecho de arrastre– como una de las claúsulas más usadas en el pacto de accionistas: "Favorece al socio mayoritario. Si los socios que poseen más de un porcentaje del capital social toman la decisión de vender, los minoritarios deberán hacerlo, si así lo solicita el comprador, de manera que se venda el cien por cien de la sociedad. Por otra parte, el tag along –derecho de acompañamiento– permite a los socios minoritarios vender su parte, si el mayoritario toma la decisión de vender a terceros".

domingo, 28 de abril de 2013

Cinco cosas que tu jefe nunca debe saber



(Un artículo de Tino Fernández en el suplemento económico de El Mundo del 14 de abril)

Por muy harto que puedas estar de él o por buena que sea la relación, no olvides que no es tu amigo... Es tu jefe. Aquí van algunos consejos para que nunca traspases ciertos límites y asegures la vida profesional. Crea un espacio de seguridad y toma precauciones.

En más de una ocasión te habrás preguntado cuáles son las ventajas de socializar con tu jefe más allá del horario de oficina. Los expertos aseguran que esta socialización, bien entendida, permite obtener beneficios cuando se trata de hacer equipo. Repercute en el compromiso y en la productividad, y esto, finalmente, incide directamente en la cuenta de resultados de la compañía.

También estarás preocupado acerca de cuáles son los peligros de esta socialización, de que tu superior pueda saber demasiado acerca de tí y pueda utilizar esa información en tu contra.

Hay quien piensa que no está de más crear espacios para tener conversaciones difíciles. Pero debes tener cuidado. Es indudable que existen aspectos de tu vida que es mejor que tu jefe no conozca, y hay cosas que nunca debes decirle.

Por supuesto, dejaremos aparte lo obvio: aquellas cuestiones sobre las que nunca te podrán preguntar en una entrevista de trabajo y mucho menos después, cuando ya hayas conseguido el puesto: creencias religiosas, afiliación política, extracción social, si eres de buena familia, cuánto gana tu pareja, orientación sexual, si padeces algún tipo de enfermedad...

1. Nunca le cuentes a tu jefe lo que haces durante tu tiempo libre; si has salido por la noche; si has quedado con amigos; o si has estado ayudando a uno de tus hijos a estudiar para un examen... No debería interesarle y no tiene por qué saberlo.
Cuidado con lo que pones en Facebook o en Twitter, sobre todo si se te ha ocurrido agregarle y sabes que puede vigilarte en las redes sociales. Es obvio, pero nunca le critiques a él o a tu empresa en las redes sociales. Insultar es una temeridad.
No se trata sólo de colgar fotos o hacer comentarios subidos de tono o inapropiados. Hay quien, creyendo que hace un uso adecuado de las redes, asume un altísimo riesgo profesional.
Ten en cuenta que determinadas herramientas y fórmulas de contacto hacen posible una accesibilidad las 24 horas que acarrea una disponibilidad nunca vista por parte de los empleados. Todo esto supone que la línea entre la vida personal y la profesional queda casi completamente difuminada. Pero también implica un cambio brutal del mercado laboral. Es la punta del iceberg de una nueva forma de trabajar, de un nuevo modelo de relación de los profesionales con las compañías.

2. Si tu jefe no está a la altura de tus necesidades y expectativas (por decirlo de una manera amable) debes transmitir con serenidad, firmeza y corrección lo que crees que hay que mejorar. Si después de hacerlo no hay cambios que te satisfagan, la opción es clara: márchate a otro proyecto profesional. Esto, en resumidas cuentas, es lo que suele llevar a decir que la gente se va de sus jefes, no de sus empresas.

3. No le digas jamás a quien te manda que estás buscando trabajo. Agradecerás este consejo si finalmente no lo consigues. Cuando uno busca empleo desde su actual puesto, las consecuencias dependen de quién lo sepa. No es igual mantenerlo en secreto o que el jefe esté al tanto de esa búsqueda. Y las implicaciones personales y profesionales pueden ser distintas si, a pesar de no haberlo comunicado, nuestro superior se entera.

4. Nunca te vendas por encima de tus posibilidades. No digas lo que no eres. No se trata de decir a tu jefe y a los demás lo grande que eres, sino de mostrarlo sin ningún reparo. Decir la verdad te llevará a ganarte la confianza y el respeto de quien te manda y eso ayuda a construir una reputación sólida.
Hay que dominar la habilidad para transmitirlo sutil pero claramente.

5. No se te ocurra decirle que estás mal pagado, y mucho menos comparar su sueldo o el de otros compañeros con el tuyo.
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