sábado, 28 de febrero de 2015

Historias de éxito: Patek Philippe, aristocracia relojera



(Sacado de un texto de Andrés Moreno en el suplemento dominical de El Mundo del 16 de febrero de 2014)

Esta firma ha sido capaz de fabricar algunos de los relojes más admirados del mundo sin perder nunca su identidad de empresa familiar.

La historia tiene sus caprichos. Por ejemplo, que la firma relojera más prestigiosa del mundo tenga su origen en la revuelta de unos oficiales polacos. El dato es tan sorprendente como real. 1830 ha quedado en la Historia como un año marcado por las grandes revoluciones liberales. La chispa saltó en julio en Francia y se extendió a otros países del continente. Ese mes, un grupo de jóvenes cadetes polacos se rebeló contra el poder absolutista del zar ruso. Entre ellos estaba Antoni Norbert de Patek. Derrotados por el ejército, muchos oficiales se exiliaron. Patek se mudó a Ginebra, donde se interesó por la relojería. Buscaba dedicarse a la fabricación y comercio de piezas de alto nivel. Para ello se asoció con su compatriota relojero Franciszek Czapek y con él creó en 1839 la casa Patek, Czapek & Cie. La compañía tomó una costumbre que no ha perdido: todos los relojes que salían de sus talleres eran numerados y registrados.

En 1844 Antoni Norbert de Patek marcha a exponer sus relojes a la Exposición Industrial de París. Allí conoce el trabajo de Jean-Adrien Philippe, un talentoso relojero que ha llevado a la feria un reloj cuya carga y ajuste se realiza a través de una corona (hasta entonces se usaba una llave similar a la que hoy aún se emplea en antiguos relojes de pared). Su acuerdo con Czapek finaliza y Patek cree que Philippe es el socio perfecto para continuar su empresa. El francés aporta el grado de innovación que la firma necesita. Los nuevos socios crean un año más tarde la sociedad Patek & Cie., que pasaría a tener en 1851 el nombre definitivo de Patek Philippe & Cie. Mientras, la fama de firma no ha parado de crecer en Europa. También en 1851, la reina Victoria de Inglaterra adquiere un reloj de la marca. La lista de celebridades que hicieron de ésta su firma preferida incluye a Albert Einstein, Wall Disney y John F. Kennedy, entre otros.

Pero volvamos a comienzos del siglo XX. La compañía fue dirigida por los fundadores y familiares hasta que en 1901 se convirtió en una sociedad limitada. Siguieron realizando sus ya famosos relojes, aunque la crisis de los años 30 obligó a la búsqueda de un nuevo propietario. Lo encontraron en los hermanos Charles y Jean Stern, proveedores de Patek Philippe. Durante décadas, y ya bajo el control de la familia Stern, la firma mantiene un nivel de producción exclusiva que combina las clásicas piezas mecánicas con la investigación en nuevos modos de medir el tiempo. En 1948 crea su propio departamento de relojería electrónica y años más tarde (1962) formaron parte de la sociedad Centre Electronique Horloger, que en 1969 presentaría el primer movimiento de cuarzo de la industria suiza.

Henri, el hijo de Stern, fue nombrado presidente en 1958 y fue sucedido por su hijo Philippe en 1977. Su tarea consistió en ampliar las posibilidades de la manufactura sin renunciar a los orígenes de la casa. Bajo su dirección se han creado más centros de producción y levantado el Museo Patek Philippe, abierto en 2001 y que pasa por tener la colección privada de relojes, abierta al público, más importante del mundo. Pese a que siempre se han caracterizado por la sobriedad en la elaboración de sus piezas eligiendo complicaciones clásicas como el cronógrafo, los calendarios o la repetición de minutos, en 1989 presentaron con motivo del 150 aniversario de la manufactura el Calibre 89. Con 33 complicaciones (1.789 componentes) es el más complicado del mundo y su realización se prolongó durante nueve años.

Thierry Stern, hijo de Philippe, es el presidente desde 2009. En su mano está mantener una casa que, con apenas 55.000 piezas al año, es un símbolo de la relojería suiza.

jueves, 26 de febrero de 2015

Argot para emprendedores



(Un texto de Iñaqui Ortega en el suplemento económico de El Mundo del 8 de diciembre de 2013)

Cada profesión tiene su argot particular, y quienes quieran sacar adelante una start-up lo primero que tienen que hacer es familiarizarse con un nuevo esperanto que se habla tanto en Palo Alto como en Vallecas.

Hayas escrito tu plan de negocio en una servilleta o en un canvas -elemento html que permite la incorporación de gráficos-, necesitarás buenas ideas y algo de dinero para convertirte en CEO -Chief Executive Officer- de tu empresa. Si la financiación sale de tu bolsillo o del de algún primo, sea familiar o no, entonces estás recurriendo a las socorridas «tres F» -friends, fools and family-, amigos, locos y familia. Cuando el apoyo de tu entorno es sólo anímico no te quedará más remedio que hacer bootstrapping, es decir apañártelas con los recursos que tienes a tu alcance.

Por el contrario, si tu idea es captar un inversor profesional, entonces lo que necesitas es «levantar» dinero. Muchos emprendedores buscan a los business angels y a los VC -Venture Capital-. Unos y otros proporcionan equity, es decir, capital, con la esperanza de tener en el futuro un lucrativo exit, que es como se denomina la salida a través de la venta de sus participaciones.

Una vez tengas claro que necesitas seed capital -inversión de arranque-, es imprescindible que elabores un elevator pitch -discurso- destinado a seducir a tu interlocutor en el tiempo que se tarda en coger el ascensor. Si eres convincente vendiéndole las bondades de tu start up eso te proporciona un track record -brillante historial- sólido y es probable que el inversor te vea digno de alimentar su deal fIow, esto es, su cartera de proyectos. En este caso, se iniciará una negociación que acabará plasmándose en una term sheet -hoja de términos-. Si aceptas esta oferta lo que haces es cerrar una ronda de inversión y es excusa suficiente para invitar a todo el equipo a otro tipo de rondas en algún bar.

Tras la resaca de la celebración, te darás cuenta muy pronto de que el nuevo dinero que llega te ha liberado de unas preocupaciones pero te ha generado otras, ya que tus inversores insistirán constantemente en las métricas, que son el nombre con que se suelen referir a los indicadores claves de la marcha de tu negocio. Por descontado deberás estar familiarizado con los anglicismos que han colonizado nuestro acervo financiero como cash flow -flujo de caja-, ebitda -ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización-, working capital -capital de explotación- o break even -cubrir los gastos-. Y si tu negocio es de lnternet, prepárate porque oirás hablar de sindicaciones, afiliaciones y conversiones, con un significado muy diferente al del diccionario amén de un repertorio de siglas (SEO, SEM, ROl... ) que nunca aparecerán en él.

Aunque la mayoría de los términos que han venido poblando este nuevo dialecto carecen del beneplácito de la RAE, no te preocupes porque esta nueva tribu de los estartaperos es distintiva también en esto. Y si, por desgracia, tu negocio cierra míralo por el lado bueno y recuerda que fail en inglés es también un acrónimo que significa first attempt in learning -primer intento en el aprendizaje-.

martes, 24 de febrero de 2015

Sistema de mecenazgo colectivo: todos los formatos que puedes aprovechar



(Leído en un texto de Arancha Bustillo en el suplemento económico de El Mundo del 22 de diciembre de 2013)

Miguel Moya, fundador de Injoinet, considera el ‘crowdfunding’ como un movimiento internacional de reciente creación que está teniendo una evolución vertiginosa, aprovechando Internet, las nuevas tecnologías y el uso, ya extendido, de las redes sociales para desarrollar proyectos a partir del interés de un colectivo que aporta capital en cuatro formatos distintos:

- Donación en plataformas de ‘crowdfunding’. Es el más sencillo de todos y se trata de pequeñas contribuciones que realizan donantes de manera altruista ya que no recibe ningún tipo de contrapartida (quizá una deducción fiscal). Este tipo se suele usar para causas sociales, organizaciones benéficas y, a veces, en campañas de carácter político.

- Precompra o participación en el caso de plataformas basadas en el método de recompensa. En este caso, los inversores no reciben ningún beneficio económico pero sí un agradecimiento en forma de recompensa o gratificación a cambio de su apoyo. Normalmente esa recompensa es el producto que el emprendedor está intentando sacar al mercado.

- Préstamo o micro préstamo. Los inversores apoyan el proyecto con pequeñas aportaciones que realizan a través de una plataforma, y esperan un retorno de su inversión con algún tipo de interés fijo en el tiempo que se establezca. Se le conoce como “crowlending”. La ventaja es que puede ser más fácil ganar apoyo ya que los partidarios se sienten atraídos por conseguir algún tipo de interés.

- Inversión o ‘equity’. Permite a las empresas que buscan capital la posibilidad de vender participaciones de propiedad a través de plataformas de ‘crowdfunding’. Las personas que participan tienen la oportunidad de convertirse en accionistas y tener un potencial retorno financiero. Para facilitar el acceso a este tipo de “crowdfunding”, existen plataformas en internet como Fundedbyme.com

domingo, 22 de febrero de 2015

¿Es el ‘crowdfunding’ una buena alternativa de financiación?



(Un texto de Arancha Bustillo en el suplemento económico de El Mundo del 22 de diciembre de 2013)

Cuando emprendes no sólo necesitas inversión, también visibilidad. Con el mecenazgo colectivo cuentas con capital y un escaparate.

A finales de la década de 1980, al ya fallecido Luis von Fanta, quien fuera el primer batería del grupo Extremoduro, se le ocurrió vender papeletas por valor de 1.000 pesetas para financiar la grabación de su primera maqueta. A los pequeños inversores que confiaran en su producto se les recompensaría con una copia del disco cuando estuviera publicado, además de aparecer en los agradecimientos. De esta manera, consiguieron reunir 250.000 pesetas para publicar su ópera prima: Rock Transgresivo.

El crowdfunding es un sistema de financiación colectiva por el que una gran masa de público apoya con pequeñas aportaciones de capital la puesta en marcha de un proyecto. Y, aunque son muchos los que creen que esta fórmula sólo es aplicable con éxito a propuestas de carácter cultural, existen ejemplos que contradicen esta postura.

Uno de estos casos es el de Mobincube. Esta start up española, dedicada al mundo de las aplicaciones, ha conseguido levantar 300.000 euros gracias a esta vía de financiación. Y no es el único ejemplo. Miguel Ángel Trujillo, socio de BA International Partners y director en España de FundedByMe Crowdfunding, también destaca otros ejemplos de éxito como el de SMS Grupp, que consiguió un millón de euros de 10 inversores a través de esta alternativa; y el de Virtuous Vodka que, en ocho semanas, logró levantar 110.000 euros de más de 100 personas que confiaron en su proyecto.

Francesc Hinojosa, fundador de Eureka Startups, también defiende que el crowdfunding puede servir para todo tipo de empresas, “ya que la creatividad juega un papel muy importante. Lo que hay que tener muy claro es que es lo que ofrecerás como recompensa. Aquí es donde entra la imaginación. Y mucho mejor si los premios que ofreces van a ser tu producto final. También puede ser válido si lo que se va a brindar va a ser un nuevo servicio innovador. Es otra forma de probar su aceptación en el mercado”.

Miguel Moya, fundador de la plataforma Injoinet, considera que esta fórmula “supone buscar capital entre los clientes de un proyecto en lugar de hacerlo entre inversores o entidades financieras. De este modo, el emprendedor puede establecer con un criterio más objetivo una valoración más ajustada de su idea de negocio antes de endeudarse o repartir capital de su potencial empresa. Sirve también como investigación de mercado, ya que cuenta con herramientas que permiten crear comunidad de early adopters y establecer un diálogo con el público para asegurar que el producto o el proyecto gusta antes de darle a los clientes aquello por lo que están dispuestos a pagar”. Pero como toda moneda tiene dos lados, este sistema también presenta algunos inconvenientes. Manuel Balsera, emprendedor y business angel, cree que la mayor pega que se le puede encontrar a esta estrategia de financiación es que al final estás repartiendo tu empresa con mucha gente con la que debes ser transparente. Por eso mismo y como advierte Trujillo, esta vía “requiere una preparación especial y llevar a cabo durante varios meses una estrategia de comunicación muy exhaustiva. Generalmente, los emprendedores no tienen los conocimientos específicos o no quieren invertir tiempo y recursos económicos para conseguirlo. El emprendedor también tiene que trabajar con sus abogados para preparar una estructura de la operación y un pacto de accionistas que haga armoniosa la entrada de muchas personas en el accionariado de la compañía”.

El crowdfunding, por tanto, no es sólo un sistema para levantar capital, también sirve como campaña de márketing de la empresa y una manera de validar en el mercado la calidad del proyecto. Así también lo entiende Jordi Vinaixa, director académico del Instituto de Iniciativa Emprendedora de Esade, quien, además, considera que ésta es una forma estupenda de hacerse ver, no sólo entre los pequeños inversores interesados, también entre financiadores más potentes. Trujillo desvela, incluso, que este sistema es tan importante como campaña de imagen “que hay business angel europeos como Paulo Andrez, presidente de European Business Angel Network (EBAN), qua ya empiezan a exigirlo como medio para filtrar los proyectos en los que invierte”. Como apunta Moya, un proyecto que haya tenido éxito con una ronda de crowdfunding se presenta frente a otras fuentes más tradicionales de inversión con números sobre el papel: “Los financiadores reducen su índice de incertidumbre sobre el proyecto, y los creadores pueden negociar con cifras reales las condiciones de la negociación en lugar de hacerlo sobre la base de criterios casi premonitorios o comparativos con otras empresas del sector”.

Pero no podemos olvidar que este sistema presenta diferentes formas. Así lo recuerda el profesor de Esade que habla por un lado del crowdsourcing como una manera de democratizar el apoyo a los proyectos; y del crowdlending como la tendencia de los préstamos.

Esta fórmula todavía está comenzando en nuestro país y hay mucha gente que la sigue relacionando con el ámbito de la cultura. Y, a pesar de que se hayan financiado algún que otro film a través de este sistema, cada vez es más habitual encontrar ejemplos que demuestran su viabilidad para cualquier sector.

Luis von Fanta no supo ponerle el nombre para denominar la fórmula con la que financió el primer disco de uno de los grupos de rock más transgresores del panorama español pero demostró, hace más de 25 años, que el mecenazgo colectivo funciona. Y ahora con Internet llegar a mucha más gente que pruebe tu producto, lo valide en el mercado y decida apostar por él es más sencillo que nunca.

jueves, 19 de febrero de 2015

‘PUBLIC EYE AWARDS'. Premios a la deshonra empresarial



La cadena textil de EEUU Gap y la rusa Gazprom han recibido el deshonroso galardón de ser las empresas menos respetuosas. La primera, porque se niega a rubricar el acuerdo para mejorar las condiciones laborales en Bangladesh, donde un millar de muertos en talleres pone en evidencia el sistema; la segunda, por infringir varias normas medioambientales y de seguridad en las prospecciones petroleras del Mar de Barens. Estos premios se conceden coincidiendo con el Foro Económico Mundial de Davos, por Greenpeace y por la ONG Declaración de Berna.
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