jueves, 19 de diciembre de 2013

La actividad emprendedora en Aragón



(Un artículo de Lucio Fuentelsaz en el suplemento económico del Heraldo de Aragón del 8 de diciembre de 2013)

Cada vez está más extendida en nuestra sociedad la creencia según la cual la actividad emprendedora se encuentra inexorablemente unida al crecimiento económico. Esta creencia, junto con la devastadora crisis que nos asuela desde hace ya más un lustro, ha llevado a la mayoría de agentes sociales a incorporar en su discurso la necesidad de promover el emprendimiento como una posible solución para iniciar y consolidar la recuperación. 

Una clara muestra del interés que ha suscitado el fomento del emprendimiento en estos últimos años la encontramos en algunas de las medidas recientemente aprobadas tanto a nivel nacional como comunitario. En España podemos mencionar la reciente Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización o el Real Decreto- ley 4/2013, de 22 de febrero, de medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo del crecimiento y de la creación de empleo. En el ámbito europeo, la Comisión Europea ha presentado recientemente el Plan de Acción de Emprendimiento 2020 con el fin de apoyar a los emprendedores y cambiar la cultura emprendedora en Europa, de manera que convertirse en emprendedor sea un proyecto atractivo para los ciudadanos europeos y permita retornar a la senda del crecimiento y del empleo. 

Con el fin de conocer mejor el fenómeno del emprendimiento, un grupo de profesores de la Universidad de Zaragoza lleva ya algunos años elaborando el informe GEM (Global Entrepeneurship Monitor) para la Comunidad Autónoma de Aragón. Se trata, sin duda, del observatorio más completo sobre actividad emprendedora que se realiza a nivel mundial. El proyecto inicia su andadura en el año 1999 liderado por London Business School y Babson College y en el mismo participan actualmente en torno a 80 países. España, una de las naciones con mayor presencia en el proyecto, se incorpora en la segunda edición del mismo, en el año 2000, mientras que Aragón realiza el estudio desde el año 2008 (puede encontrarse más información en la dirección http://www.gem-spain.com). 

Uno de los principales resultados que de deriva del proyecto es el cálculo de una tasa de emprendimiento (TEA atendiendo a sus siglas en inglés), que permite valorar el porcentaje de población comprendida entre los 18 y 64 años que se declara involucrada en una actividad emprendedora incipiente (donde actividad incipiente es toda aquella que no sobrepasa los 42 meses de existencia). El TEA es un indicador especialmente valioso, no solo porque permite disponer de una fotografía precisa del nivel de emprendimiento de una determinada región, sino también porque facilita la realización de comparaciones fiables con otros territorios. Esto último refuerza su potencial comosoporte a la tomade decisiones por parte de organismos e instituciones públicas. 

En el caso de Aragón, el TEA asciende en 2012 al 4,6%, una cifra algo inferior al 5,3% de 2011 aunque superior al 3,7% de 2010. Se trata de una cifra relativamente reducida, aunque debe tenerse en cuenta que el momento en el que se realizan las entrevistas de las que se deriva esta información (junio y julio de 2012) coincide con el periodo más duro de la actual crisis económica. En este sentido, otro de los indicadores que proporciona el informe y que puede suponer cierta dosis de optimismo es el que hace referencia al emprendimiento latente (porcentaje de aragoneses que declara su intención de poner en marcha una empresa) y que alcanza el 11,6%. Este indicador pone de manifiesto la existencia de un cierto potencial emprendedor en la población aragonesa, que puede traducirse en un repunte en la creación de nuevas empresas en la medida en que las circunstancias económicas resulten algo más favorables. El análisis de estas cifras debe verse completado con un estudio más detallado sobre las motivaciones que se encuentran detrás del inicio de una actividad emprendedora. GEM nos permite aproximarnos a ellas a través de lo que denomina como emprendimiento por oportunidad y emprendimiento por necesidad. En este sentido, la principal conclusión es que en los últimos cinco años se ha producido un aumento significativo en las iniciativas emprendedoras que responden a la existencia de una necesidad (frente al emprendimiento que surge para aprovechar una oportunidad percibida en el entorno). En otros términos, la crisis parece haber traído consigo un tipo de emprendimiento que, aunque valioso, suele generar menores niveles de empleo y de valor añadido que el emprendimiento por oportunidad. En este contexto resulta de especial importancia insistir en otro de los aspectos sobre los que se ha incidido con mayor frecuencia en los últimos años y que constituye una de las principales carencias de nuestro sistema educativo: la necesidad de que los emprendedores cuenten con una buena formación que permita aumentar la probabilidad de éxito de sus iniciativas. 

Cuando se habla de emprendimiento, no basta con que las tasas de creación de empresas sean elevadas. También resulta fundamental que sean capaces de superar el paso de los años, por lo que una tasa algo inferior puede resultar más deseable en la medida en que las iniciativas puestas en marcha sean de mayor calidad y en ello la preparación de los futuros emprendedores desempeña un papel fundamental. En este sentido, deben valorarse positivamente los programas de orientación y seguimiento que se desarrollan desde las distintas instituciones y organismos públicos aragoneses con el fin de incrementar las tasas de supervivencia y disuadir, en su caso, a aquellos emprendedores cuyas propuestas presenten escasas probabilidades de éxito.
Los expuestos en este artículo representan solo algunos de los resultados que pueden encontrarse en el informe GEM, cuya presentación pública en su edición del año 2012 tuvo lugar hace escasas fechas, y que permiten definir el perfil socio-demográfico del emprendedor, analizar indicadores relacionados con la actividad emprendedora (nivel de inversión requerida, tipo de financiación empleada, motivo por el que se decide crear la empresa, sector de actividad, expectativas de retorno de la inversión, creación de empleo, etc.) o valorar los factores de entorno que rodean a la actividad emprendedora.

martes, 10 de diciembre de 2013

¿Una burbuja de emprendedores?



(Un texto de Montse Mateos en el suplemento económico de El Mundo del 6 de octubre de 2013)

Son cada vez más las voces que aseguran que podemos vivir una burbuja de emprendimiento. Miguel Sánchez Galindo, director del área de innovación, emprendedores y pymes de la EOI, advierte de que «hay que tratar con cautela esta fiebre. La gente invierte sus ahorros en la puesta en marcha de un negocio pensando que es la panacea. Pero aquí no contamos con el entramado de 'business angel' y capital riesgo de Estados Unidos, donde el emprendimiento forma parte de su cultura».

Este experto diferencia varios tipos de emprendedores: «Los que montan un negocio ante la imposibilidad de acceder a un empleo, otros que lo hacen con la intención de que sea un negocio sostenible en el tiempo y otros, más ligados al ámbito tecnológico, que lo quieren es vender la empresa en poco tiempo. Estimo en ochenta o cien proyectos globales al año con capacidad de captar la inversión necesaria para conseguirlo. El segundo tipo es el que tiene más posibilidades de supervivencia».

Óscar Fuente, director de IEBS, explica que «el emprendedor por necesidad suele ser poco profesional y no cree que invertir en formación sea tan importante para la supervivencia de su negocio. Existe una falta de concienciación emprendedora, poner en marcha una empresa no es la panacea, supone mucho trabajo y sacrificio. Antes de lanzarse requiere cierta reflexión». También Joan Miquel Piqué, 'coach' de la UOC Business School, señala que «no todo el mundo sirve para ser empresario. Nos lo están haciendo creer, pero nos hacen ser autoempleados no empresarios».

domingo, 8 de diciembre de 2013

Formando emprendedores en la red



(Un texto de Montse Mateos en el suplemento económico de El Mundo del 6 de octubre de 2013)

El growth hacker es uno de los profesionales con mayor auge en Silicon ValIey. Es el encargado de acelerar la consecución de objetivos de márketing a través de sus conocimientos tecnológicos en un plazo de tiempo muy corto. Para ello tiene que ser un experto en deliverability, open graph, A/B testing, SEO, product management, UX y social media, entre otras materias que se encuentran en pleno proceso de cambio y que, cada vez, resultan más imprescindibles para alcanzar una masa crítica de usuarios. Hace unos años este perfil no tenía nombre y sus funciones eran asumidas por el emprendedor que decidía lanzar su negocio en la Red.

Detectar necesidades formativas de este tipo en los emprendedores de hoy es el objetivo de muchos centros de formación, algunos de reciente creación. Es el caso de Open IEBS, el canal de formación just in time de la escuela de negocios IEBS que lleva en funcionamiento tres años y ha anunciado recientemente el lanzamiento de un curso sobre growth hacking. Óscar Fuente, director de este centro y uno de los socios de Seed Rocket -aceleradora de start up-, explica que «la formación que ofrecíamos en nuestros campus era muy valiosa para los emprendedores, que además empezaron a pedirnos programas cada vez más específicos para hacer frente a los retos tecnológicos. Estamos ante una demanda creciente de 'formación técnica para desarrollar las tareas que requiere el entorno digital».

Junto con este tipo de formación online de vanguardia destinada fundamentalmente a negocios que operan en el ámbito virtual, conviven otro tipo de cursos menos sofisticados pero imprescindibles para lanzar y hacer sostenible cualquier tipo de empresa de nueva creación. IE Business School, IESE, la Universidad Europea y la Universidad de Nebrija y su escuela de negocios son algunos de los centros que cada año aumentan su oferta de cursos online dirigidos a emprendedores.

Enrique Benayas, director general del Instituto de la Economía Digital de ESIC (Icemd), reconoce que «la crisis ha sido un acelerador del emprendimiento y muchos de los que por primera vez se enfrentan a este desafío tienen dificultades para transformar su idea en un negocio. Este es el mayor riesgo que genera el gran bullicio de emprendedores que estamos viviendo. Parece que cualquiera está capacitado para poner en marcha una empresa, pero existen puntos fuertes y débiles que no todos comparten». Añade que en este ámbito más que en ningún otro, «la formación es un acelerador que permite solventar errores y dudas». Esta escuela de negocios puso en marcha su división de e-learning en 2005, y además de los típicos cursos relacionados con la creación de negocios o tiendas online, ofrece otros dirigidos a la alta dirección. «Los grandes impulsores de las compañías tienen que asimilar ciertos conocimientos para hacer frente este periodo de cambio», dice Benayas.

Quienes también son conscientes de las necesidades que demanda este entorno emprendedor son los responsables de la UOC Business School. Joan Miquel Piqué, coach de este centro y consultor de economía, explica que a finales de 2001, «Joan Torrent, actual director del centro, detectó que los nuevos empresarios de pymes y micropymes no contaban con una formación adaptada a su realidad y a su nuevo papel de directivos». Éste fue el punto de partida para desarrollar unos programas relacionados tanto con la parte burocrática y administrativa que supone la puesta en marcha de un negocio, como con la gestión del mismo.

Piqué señala que «algunos de los profesionales crean empresas del juguete. Tienen una idea, pero no son del todo conscientes de lo que supone levantar un negocio desde cero, de que hay que trabajar 27 horas al día y, se olvidan de que el mercado es el juez de su empresa».

Además de la formación que el alumno recibe a través de la Red, todos estos cursos tienen una parte presencial con varios objetivos: promover el networking entre los participantes, potenciar sus habilidades para dar a conocer su negocio y establecer una relación fluida con su coach o mentor.

Miguel Sánchez Galindo, director del área de innovación, emprendedores y pymes de la EOI, considera fundamentales los periodos residenciales que contemplan su oferta online: «Los alumnos pueden compartir sus vivencias y también tienen la oportunidad de conocer de primera mano los éxitos y fracasos de algunos nuevos empresarios a los que invitamos para que cuenten como llevaron a cabo la consolidación de su empresa».

martes, 3 de diciembre de 2013

Entender la ciencia de los valores



(Un texto de Ignacio García de Leániz en el suplemento económico de El Mundo del 10 de noviembre de 2013)

'Pacto de silencio', es una película de alianzas, lealtades y errores que muestra los retos de un periodista de investigación.

No está de moda hablar de valores, a no ser de los bursátiles. Y menos de fidelidad hacia ellos. He ahí una de las causas de nuestra crisis que es a la vez crisis de las organizaciones y de esquemas de trabajo. Parque escamotear la realidad de los valores tiene consecuencias también en la esfera profesional. Robert Redford, que es tan sabio coma sensible al tema, lo sabe muy bien.

Por eso nos plantea la necesidad que tenemos de actuar y gestionar de acuerdo con esas peculiares realidades valiosas que el mejor pensamiento del siglo XX descubrió, con Max Scheler a la cabeza, para nosotros. Para luego, misteriosamente, caer en el mayor de los olvidos. Y así nos ha ido. De ahí que cada vez mas esté en alza lo que en el mundo anglosajón se llama el MBV -Managing by Values- o gestión por valores.

La tesis de Redford al respecto en su última película, Pacto de Silencio, es clara: no se puede ser un profesional valioso si damos la espalda a ciertos valores. Junto a la inteligencia técnica y emocional hay otra de la que apenas se habla: la inteligencia ética que nos hace saber hasta dónde podemos llegar, la relación entre medios y fines, y resolver dilemas morales que se nos presenten.

Todo ello se nos muestra en los desafíos con los que se encuentra un periodista de investigación, Ben Shepard -Shia LaBeouf-. La situación de su modesto periódico -Albany Times- es crítica como la de tantos otros. El descubrimiento que hace el joven reportero, gracias a su pericia y tesón, de una historia de investigación política es realmente tan jugosa coma comprometedora y puede ayudar al Albany Times a vender más y ganar en reputación en todo Estados Unidos.

El joven periodista va, en la información que consigue y las verdades que descubre, siempre un paso por delante de la CIA y del FBI. Y ello sin apenas medios ni tecnología, con su sola intuición, planificación y seguimiento perseverante de las pistas: así funciona el talento unida a la necesidad.

Pero hay un momento fatídico en el que nuestro reportero se enfrenta a un grave dilema moral en su investigación. No es un dilema entre un valor y su disvalor negativo contrario - por ejemplo veracidad contra mentira-. Para ello no hace falta mucha inteligencia moral para resolver que sea lo correcto -otra cosa es que lo hagamos-. Los matices éticos son a menudo, como nuestras vidas, mucho más sutiles. A menudo nos encontramos con dos valores positivos que se nos dan contrapuestos en una disyuntiva: O elegimos el bien A o el bien B. Eso es lo que le sucede a nuestro protagonista. Y para eso se necesita finura estimativa. Y aquí la ciencia de los valores -de la que se deriva el MBV citado- se vuelve normativa: cuando dos valores se presenten como opuestos ha de preferirse el más elevado de ellos en su jerarquía. Claro que para esto hay que molestarse en saber cuál es el orden de esas realidades tan raras como jerarquizadas que son los valores. Y esa es la gran lección que nos enseña el joven reportero de un pequeño periódico local en medio de esta crisis. No es poca.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Combatiendo los enemigos de la innovación



(Un texto de Tino Fernández en el suplemento económico de El Mundo del 10 de noviembre de 2013)

Si eres un emprendedor preocupado por preservar la mentalidad start up en tu nueva compañía tendrás que tener en cuenta que contratar adecuadamente a un profesional creativo supone captar a un empleado flexible, que esté listo para adaptarse y analizar los retos desde diferentes puntos de vista; curioso, siempre en busca de buenas ideas para explorar y recombinarse; humilde, capaz de entender que una buena idea puede desencadenar una mejor idea de otra persona; que no vaya sólo a por lo que se espera, sino que mire mas allá; estratégico, que entienda el impacto que cada decisión tiene en el proyecto global o en la ejecución final de la idea. Debes huir de aquellos que matan la innovación en tu organización:

Agobiados. Evita al agobiado que no maneja el tiempo ni gestiona su propio estrés. Contamina con su estado de ánimo al resto de la compañía.

Sin Ideas. Aléjate de los que no son partidarios de aportar ideas, para no tener que ejecutarlas.

Apáticos. La velocidad, la agilidad y los nuevos ritmos de trabajo; la flexibilidad y una organización horizontal y colaborativa; y la energía y la pasión son incompatibles con los apáticos. Rodéate de colaboradores con planes ambiciosos y grandes objetivos, aunque sean diferentes a los tuyos.

Tiempo. No hay sitio para los ladrones de tiempo, ya que tu start up maneja plazos muy estrictos, y en ella se hace hincapié en la acción y en el impacto.
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