martes, 5 de septiembre de 2017

La caja de bombillas de Edison

(Extraído de un artículo de Miguel Barral en el suplemento 'Tercer Milenio' del Heraldo de Aragón del 25 de octubre de 2016)

[Hace 10 años se subastó] la histórica caja de bombillas, fabricadas reproduciendo fielmente los dibujos e instrucciones consignados por Edison en su patente que habían sido la prueba decisiva en el juicio que en 1890 había reconocido a aquel como el inventor de la bombilla. La misma caja que, al poco de finalizar el juicio, había desaparecido durante décadas y que sorpresivamente había sido redescubierta en fecha reciente.
Diseños, patentes y juicios

La historia de la invención de la bombilla de filamento está plagada de prototipos, fallidos y exitosos, diseños, bocetos y hasta patentes varias en diversos países. Todo ello en unos pocos años. Entre ellas la patente británica de Joseph Swan de 1878 y la estadounidense, fechada el 17 de enero de 1880 y que acreditaba al prolífico Thomas Alva Edison como inventor de la misma. Pero costó que ese reconocimiento fuese unánime.

Para 1890, el bautizado como ‘Edison Lamp Infringement Trial’, el juicio por la autoría de la bombilla que enfrentaba a la Edison Electric Light Company con la United States Electric Light Company, que llevaba años instalando bombillas basadas en el diseño de Hiram Maxim y no reconocía los derechos de Edison, estaba a punto de resolverse a favor de esta última. En caso de ser necesario, en este tipo de disputas legales puede requerirse a una serie de expertos que fabriquen un ejemplo del invento siguiendo fielmente el procedimiento descrito en la patente. Una medida a la que se habían amparado los representantes legales de la compañía rival. Diversos fabricantes de bombillas, incluidos algunos de los que trabajaban en la compañía de Edison, lo habían probado. Y todos habían fracasado en el intento.

Hasta que el 8 de julio de 1890, fue llamado a declarar John W. Howell, ingeniero de la Edison Electric Light Company, quien se personó ante el juez instructor con una caja de madera que contenía bombillas fabricadas según la patente puesta en solfa. En concreto, se trataba de una colección de 22 bombillas que reproducían distintas versione y evoluciones del diseño de Edison. Entre ellas, dos idénticas a las empleadas durante la Exhibición eléctrica durante la Expo Universal de París de 1881. Y otra, designada con el número 20, que reproducía el modelo denominado Edison Effect lamp, empleada por el inventor en unos experimentos de 1883, en los que, a fin de atraer los depósitos de ceniza que se originaban en el filamento y se acumulaban en la base, el mago de Menlo Park había incorporado un primitivo diodo… 21 años antes de que John Ambroise Fleming se convirtiese en el progenitor oficial del diodo.

Gracias a aquella irrefutable prueba, el juicio llegó a su fin y Edison, finalmente, obtuvo el reconocimiento como legítimo inventor –o patentador– de la bombilla de filamento incandescente. La caja cayó en el olvido y su pista se había perdido hasta que en 2002 fue recuperada en el ático de una vivienda estadounidense, intacta y con la llave original.

[...]

lunes, 31 de julio de 2017

'Start ups' irracionales españolas

(Extraído de un texto de Tino Fernández publicado en el suplemento económico de El Mundo del 25 de junio de 2017 y de un texto leído en businessmonkeynews.com/es/siete-start-up-irracionales-espanolas/)

Un grupo de ‘start up’ sociales españolas aspira a formar parte de la hermandad mundial de emprendedores que crece alrededor de Unreasonable Institute, la institución creada por Daniel Epstein que busca innovadores irracionales pero muy eficaces y que sean rentables. 

Unreasonable Institute es el mayor imán de emprendedores sociales audaces en el mundo que se dedican a desarrollar proyectos escalables. Se trata de una iniciativa capitaneada por Daniel Epstein, emprendedor en serie que ha sido reconocido como “el mejor emprendedor del mundo”, según el World Entrepreneurship Forum, y “uno de los 30 emprendedores de mayor impacto del planeta” según Forbes.

Teamlabs es el socio español de Unreasonable Institute. Se trata de un campus de innovación y emprendimiento a mitad de camino entre la universidad, un máster en emprendimiento y la vida real de la empresa. En realidad, Teamlabs no es una sucursal ni una filial de Unreasonable Institute en España. Ambas son comunidades abiertas en las que confluyen los métodos de acompañamiento de las start up sociales para que éstas sean rentables y escalables.

Ahora Unreasonable Institute y Teamlabs anuncian los siete proyectos españoles de impacto social y medioambiental seleccionados para formar parte de la generación 2017 de start up “irrazonables” que pretenden resolver los grandes problemas del mundo (pobreza, alfabetización, salud) y que deben impactar de forma positiva en al menos un millón de personas.

El año pasado, las start up candidatas fueron Sheedo, un papel de semillas, ecológico, y hecho artesanalmente con fibras de algodón orgánico; The Third Half, un touroperador especializado en la organización de viajes educativos con elementos de voluntariado a través del deporte a nivel internacional; Sequential Biotech, dedicada a encontrar modelos sostenibles que ayudan a solucionar la desigualdad en el ámbito de la salud; Xmigration, un buscador global que pone en contacto a viajeros y empresas facilitando la movilidad internacional; Voluntechies, un proyecto para ayudar a los niños en los hospitales a través de talleres con nuevas tecnologías como realidad virtual y los drones; Sensovida, que busca ayudar a personas mayores que viven solas para que estén más seguras; Ilusión +, que recauda fondos para diferentes proyectos relacionados con las enfermedades neurodegenerativas; Literates, una app para alfabetizar y mejorar las habilidades lectoras; y Outbarries, otra app que alerta a las personas ciegas sobre los problemas que hay en la calle y acerca de los comercios mediante mensajes de voz.

En 2017, otras siete start up españolas aspiran a entrar en la hermandad de los emprendedores irracionales: Looc, Showleap, Deriva360, Hemper, Degou, Yayadvisor e Impact Link.

Las siete start up candidatas participarán en Investment Preparedness Lab, un programa de entrenamiento intensivo de cinco días que Teamlabs, en colaboración con Unreasonable Institute, celebrará la próxima semana, y que preparará a las nuevas compañías para buscar alianzas estratégicas e inversión que les permita salir al mercado y crecer.

También podrán reunirse con inversores y mentores nacionales e internacionales.
La relación entre Unreasonable Institute y Teamlabs funciona a modo de laboratorios de aprendizaje para creadores de empresas en el mundo. Esta colaboración sirve para contrastar los métodos de actuación de estas start up sociales que persiguen la eficacia. Así, cada vez que se crea un laboratorio, se prueban las herramientas de acompañamiento de la escalabilidad de las start up sociales.

Acelerar proyectos ilógicos… pero rentables

En 2009, Daniel Epstein, Teju Ravilochan, Tyler Hartung y Vladimir Dubovsky crearon la que hoy se considera como la aceleradora de jóvenes emprendedores sociales más importante del mundo. Nacía así Unreasonable Institute que, desde sus comienzos, selecciona cada año a 50 finalistas que entran a formar parte de un ‘Mercado Ilógico’ en el que participan patrocinadores de todo el mundo. La idea es que cada candidato pruebe su potencia emprendedora consiguiendo beneficios, porque la efectividad de los proyectos es la principal característica de esta aceleradora. Esto no es muy habitual en el campo del emprendimiento social, que habitualmente se confunde con la filantropía o las actividades de las ONG. Unreasonable Institute exige a sus socios tres requisitos para llegar a formar parte de la gran hermandad social del emprendimiento rentable: tener una idea aparentemente ilógica; que sea económicamente sostenible; y que sea aplicable a un público de al menos un millón de personas.

Epstein suele decir que la ejecución siempre va antes que la idea , y aquí se trata de que las ‘start up’ tengan un impacto social, pero han de ser sostenibles, porque si no, no son sociales. Que sean eficientes, y competitivas resulta tan importante como el impacto social que quieren provocar. Huye del modelo asistencial y busca sobre todo a emprendedores eficaces. No en vano, sus fundadores admiten que uno de sus principales errores históricos ha sido “seleccionar mal a los emprendedores por equivocarnos con los equipos”.


lunes, 17 de julio de 2017

Elmar Mock, cuando llamas a tu empresa 'Creaholic'...

(Un texto de Julio Miravalls en el suplemento económico de El Mundo del 25 de junio de 2017)

Elmar Mock, inventor del reloj Swatch que cambió al sector, tiene 178 patentes, desde maquinaria hasta alimentación, pasando por soldadura de huesos.

«Yo era muy joven, tenía 26 años, era ingeniero de plásticos y mi sueño era hacer el mejor cronómetro posible, que se vendiera en todo el mundo y que, por supuesto, no fuera el más caro. Necesitaba convencer a mi jefe de que me hiciera ese regalo. ¿Cómo convences a tu jefe para que te dé medio millón sin una razón? Le propuse nueva tecnología, imaginando que seríamos capaces de hacer buenos relojes 'low cost'. Le interesó y me dio libertad para demostrarlo: No me pagues ahora nada por la máquina, le dije... y así nació el Swatch».

Elmar Mock estaba salvando a la industria relojera suiza. Era a comienzos de los años 80, los relojes digitales japoneses con tecnología de cuarzo inundaban los mercados y habían puesto contra las cuerdas a los clásicos relojeros suizos. Mock inventó un procedimiento de soldadura por ultrasonido que le permitió crear ese primer Swatch, con manillas, motor de cuarzo y un reducido número de piezas, 51 frente a las 91 de los relojes estándar. Las ensamblaba automáticamente en una caja de plástico, a la que soldaba el cristal acrílico, rebajando radicalmente los costes de fabricación, hasta en un 80%. La idea convenció a ETA, la empresa para la que trabajaba.

«Aquel primer Swatch no era como los de hoy. Estaba pensado para ser barato y de gran calidad. Entonces mi jefe Ernst Thomke dijo: 'no tiene sentido un reloj suizo barato, no es buena idea: tenemos que hacer un reloj de moda'. De moda, pero económico: por el precio de una corbata...», explica Mock a INNOVADORES en Venecia, durante la gala de inventores de la Oficina Europea de Patentes, recordando sus comienzos.

«El primer nombre del proyecto fue Vulgaris. Y luego, Popularis. Seis meses antes de llegar en el mercado descubrimos el nombre Swatch. Mi jefe hablaba con el de los almacenes Bloomingdale's sobre vender un reloj de moda y aquel le decía que habría que sacar una colección nueva cada seis meses. No entendíamos nada. Entonces nos dio el nombre, que es una contracción de Swiss Watch. En lenguaje americano un 'swatch' es un retal de tela de moda... Así surgió el nombre y creamos la marca».

El reloj apareció en EEUU a finales de 1982, antes que en Suiza (marzo de 1983). «Soñábamos con vender cinco millones en cinco años, y se han vendido 600 millones en 35 años», explica Mock, que un año después del lanzamiento recibió un bonus por su trabajo.

En 1986 abandonó la empresa y creó la suya propia, con un nombre que lo dice todo: Creaholic. «La creatividad no es un arte, es una forma de ser. Es estar convencido de que puedes hacer algo diferente y hallar la manera de conseguirlo. El dinero no es la motivación, el reconocimiento tampoco es la motivación. Lo es pensar ¿qué puedo hacer por mis amigos, por los demás, por la organización? El ser humano es lo que está en el centro de la motivación».

Para Mock, el reloj Swatch fue «la introducción en la profesión de inventor». Desde entonces ha creado «178 familias de patentes». Ha trabajado en relojería, alimentación, automóvil, maquinaría, depuración de agua, soluciones médicas, soldadura de huesos, madera, cemento... Ha desarrollado soluciones innovadoras de todo tipo para más de 200 clientes y de su empresa han nacido nueve 'spin offs' especializadas.

No se limitó a su especialidad profesional, plásticos y soldaduras. «La invención es como componer música: no se hace para un solo instrumento, aunque tengas alguno favorito. Para mí toda la tecnología es plástico, soldadura, metalurgia, electrónica... son como los instrumentos: juntos hacen música y el objetivo es el placer del usuario, de la gente, expresar algo que antes no habían podido imaginar. Sus sonrisas en la cara son el objetivo». Desde luego, no es el tipo de cosas que los innovadores dicen usualmente... «Es que no soy una persona usual», concluye Mock con una sonrisa y obsequiando una chocolatina suiza.

sábado, 17 de junio de 2017

Tiger, el mago del ‘todo a 100’ nórdico



(Un texto de Daniel Méndez en el XLSemanal del 26 de julio de 2015)

La clave de su éxito: añadirle a los objetos una dosis de emoción. Que una taza nos despierte una sonrisa. Diseño, corazón y buenos precios, esa es su fórmula. Hablamos con Lennart Lajboschitz, el padre de las tiendas Tiger, que ya rondan las 500 en el mundo.

A la hora de definir la cadena Tiger, se recurre a menudo a las comparaciones: el Ikea de las ‘pijaditas’, por aquello del diseño nórdico y los bajos precios; o el ‘todo a cien de diseño’.
Tiger no proviene de la palabra ‘tigre’ en inglés. Sino del danés tier, y se refiere al billete de diez coronas, equivalente a algo más de un euro. De modo que sí: estamos ante un ‘todo a cien’. Los precios aquí siempre son redondos y no superan los 30 euros. Una fórmula sencilla que está conquistando a una creciente clientela: con 477 establecimientos en 26 países, el año pasado abrió una media de dos tiendas nuevas por semana. En España están presentes desde en Bilbao hasta en Málaga, pasando por Valencia, Barcelona, Asturias, Canarias o Madrid, donde se inauguró el primer local español en 2008. El primero, en realidad, del sur de Europa.

El responsable del fenómeno Tiger es un danés de apellido impronunciable, Lennart Lajboschitz, que hace tres años vendió el 70 por ciento de su compañía, llamada Zebra, a un fondo de inversiones sueco, lo que los ha convertido a su mujer y a él en multimillonarios.

Más que un emprendedor, un filósofo

Sin embargo, a pesar de su fortuna, el creador de este imperio no es un individuo con grandes cifras económicas en la cabeza. Lennart es un tipo amigable, padre de cuatro hijos con una filosofía entre Yoda y John Lennon. “¡Somos un puñado de aficionados que no tienen la menor idea de lo que están haciendo! -afirma, en referencia a su éxito-. Nuestra existencia se basa en una paradoja: ¡darle más cosas a la gente y cobrar menos!”.

Al preguntarle por la fórmula del éxito, responde: “Creo que hay una cosa que hacemos bien. coger productos funcionales y convertirlos en productos de tipo emocional -y añade-: usted va a una tienda normal y encuentra un tazón blanco para el café. Un tazón funcional. Si va a una tienda Tiger, el tazón tiene un dibujo y le aporta un poquito más, así que usted lo percibe de otra manera. Escogemos nuestros productos poniendo todo el corazón. Le sorprendería saber cuánto corazón ponemos en nuestro trabajo”.

Nuestro hombre tampoco ha sido el primero en ponerle un dibujo a un tazón. Así que cuál es de verdad su secreto. “Yo no soy un tendero, sino que soy un antropólogo. Me fijo en la gente”. ¿Y qué cree que le lleva a la gente a cruzar el umbral de sus tiendas? “¿Quién necesita más cosas? Yo no, desde luego”. Pero es que, para este emprendedor, sus productos no son meras cosas. Son mucho más. Son objetos diseñados de tal forma que fomentan la interacción social y, por tanto, incrementan la felicidad. “Si usted me dice que lo que le hace feliz es estar con su familia y sus amigos, bueno, pues me parece estupendo. Pero eso solo es un impulso electromagnético de su cerebro. Pero si usted se va al parque a jugar al fútbol con ellos, está convirtiendo ese impulso en algo real. Nosotros nos consideramos un catalizador de ello. Queremos que convierta el pensamiento en realidad por medio de la acción. Es todo muy filosófico”, concluye.

Para Lennart Lajboschitz, esta visión optimista es producto de la época que le tocó vivir en su infancia. Nació en Copenhague en 1959. Su padre era un judío huido de Polonia, comerciante de espárragos al por mayor, mientras que su madre era una maestra sueca de guardería. Sus años de formación coincidieron con el afianzamiento de la socialdemocracia en Dinamarca. “En los años sesenta, a los niños se les enseñaba sobre todo a tener confianza en sí mismos. Lo principal no era aprender, sino expresarse con libertad. Así fue mi niñez”. Sus primeros recuerdos son estar sentado a la mesa con sus padres, quienes lo animaban a cuestionarlo todo y tomaban en serio sus opiniones.

Dejó el colegio a los 16 años, “porque me parecía que la vida tenía otras cosas más interesantes que ofrecer”, y se dedicó a viajar. Conseguía el dinero vendiendo tebeos, haciendo fotos, entrenando a un equipo de tenis de mesa o lo que fuera. A su mujer la conoció durante una manifestación del primero de mayo cuando tenía 20 años. La pareja pasaba un par de meses viajando con la mochila a la espalda y después volvía a Dinamarca y ganaba algo de dinero. Lo primero que hicieron fue comprar una partida de paraguas rotos, arreglarlos y venderlos en un mercadillo. “Nos dijimos: ‘Esto es muy divertido; ¿por qué no compramos más?’”. Así comenzó su imperio.

Una casualidad que los hizo millonarios

Tuvieron su primer hijo y abrieron una primera tienda, a la que llamaron Zebra. El concepto de Tiger nació en el verano de 1995 cuando abrieron un segundo local, que dejaron en manos de la hermana de su mujer mientras estaban de vacaciones. Le dijeron que lo vendiera todo al precio de diez coronas, pues no se acordaban de lo que costaba cada objeto. Las palabras tiger y tier (un billete de diez coronas) tienen la misma pronunciación en danés. La iniciativa fue acogida con un éxito desbordante. “Y entonces abrimos otra tienda, y luego otra Y me di cuenta de que teníamos algo serio entre manos”. Tres años después, el matrimonio era propietario de 40 locales en Dinamarca. Hoy tienen 12 veces más repartidos por todo el mundo. La empresa diseña en torno al 50 por ciento de sus productos y manufactura cerca de un tercio de ellos en suelo danés (la mayor parte son de fabricación china).

Lennart cuenta todo esto como si hubiera sido el resultado de una especie de casualidad feliz. Durante los primeros años andaban tan necesitados de personal que, sencillamente, paraban a las personas en plena calle y les ofrecían un empleo. El primer país al que se expandieron fue Islandia. Y no fue por un motivo empresarial, qué va. “Lo hicimos porque Islandia es un país muy bonito, y así teníamos una excusa para visitarlo a menudo”.

A pesar de tanta confianza en el azar, salta a la vista que Lajboschitz tiene talento para los negocios y es un trabajador infatigable. Y si algo ha aprendido a lo de su carrera es el valor de tratar bien a la gente. Lennart pasó a diseñar sus propios productos cuando comprobó en una feria de mayoristas celebrada en Birmingham que a nadie le importaba la calidad de los objetos. “En Inglaterra hay más ricos y más pobres que en Dinamarca, donde casi todo el mundo es de clase media. En Inglaterra, los ricos tienen acceso a productos de calidad excelente, mientras que los pobres tan solo pueden comprar basura. Vimos que podíamos ofrecer a quienes no tienen mucho dinero algo con mayor valor, algo de mejor calidad, algo que seguramente les gustaría”.

Al preguntarle por los contratos basura y la forma en que muchas cadenas tratan a sus empleados, sacude la cabeza. “Tengo la impresión de que en muchos lugares tratan a ciertas personas como si fueran estúpidas. Las cosas son muy distintas en Dinamarca. En mi país, las personas no aceptan que se les hable en mal tono. Y, además, así no se puede motivar a un empleado. Es fundamental que te sientas vinculado a lo que haces. Si no, estás en desventaja. Siempre decimos a nuestros empleados que esperamos de ellos que se impliquen en el proyecto. Que la nuestra también es su compañía. Que si necesitan alguna cosa, trataremos de ayudarlos. Que si queremos algo, esperamos que nos ayuden a conseguirlo”.

Un hombre rico en Dinamarca 

¿El hecho de ser rico le ha planteado problemas? “No –asegura-, y se echa a reír. Sigo viviendo igual que antes. Seguimos comiendo lo mismo. Sigo teniendo la misma estatura”. Lajboschitz insiste en que, en Dinamarca, el estatus social no viene ligado a la riqueza material y que la ostentación está mal vista; a su esposa le entra mala conciencia al coger un taxi. Su única preocupación es que sus cuatro hijos (entre 18 y 29 años) puedan convertirse en unos monstruitos. “Un asesor fiscal me recomendó donar parte de mi dinero a mis hijos. Me dijo que me saldría a cuenta a largo plazo. Respondí que no iba a darles nada”. ¿Por qué? “Porque les haría un flaco favor al privarlos de las experiencias difíciles que pueden llevarlos a crecer como personas”.

Los sueños de un visionario

No es de sorprender que sus ambiciones vayan más allá de los platos de papel y los aparatos de masaje en forma de pulpo. El año pasado dejó de ser el consejero delegado, pero sigue formando parte del consejo de administración de Zebra. Hace poco colaboró con Yoko Ono en un libro, Conceptual photography, que tan solo está a la venta en Tiger, al precio de diez euros. “Queremos democratizar el acceso al arte”, afirma. Lajboschitz también ha abierto anticafés en Kioto, Génova y Copenhague, unos locales en los que se anima a los desconocidos a jugar al tenis de mesa o al ajedrez entre ellos. Pero su proyecto preferido es la transformación de una iglesia de Copenhague en espacio comunitario. Está previsto inaugurarla en agosto con un torneo de tenis de mesa con estelares participantes europeos y chinos; más tarde, el local incluirá una cantina comunitaria donde las personas que vivan solas puedan reunirse y comer juntas.

“Si pienso en mi vida, ¿qué es lo que más valoro? Mi mujer y mis hijos. Si conseguimos que las personas acudan a comer o a jugar al ping-pong, es posible que lleguen a conocer a alguien con quien tener hijos. Si lo conseguimos, nos sentiremos muy felices”.

miércoles, 5 de abril de 2017

Alguno de los negocios más absurdos y rentables de la historia

(Un texto de Carlos Otto en el confidencial.com del 16 de abril de 2015)


A la hora de crear negocios, internet tiene una clara ventaja: aquí hay nichos para (casi) todo. Porque un negocio offline siempre tiene que tener en cuenta una obligatoria variable: que lo que vende vaya a ser comprado en su ámbito físico más cercano, con lo que deberá ser un servicio o producto generalista o enfocado a un tipo de población muy concreto.

Sin embargo, en los negocios online basta con encontrar, a lo largo y ancho del globo terráqueo, a un grupo de personas lo suficientemente numerosas (o excéntricas) que quieran comprar lo que ofreces, por absurdo que sea. Y eso es precisamente lo que hicieron nuestros protagonistas (algunos de ellos, incluso sin la ayuda de internet). Bienvenidos a los negocios más absurdos (y rentables) de la historia.

1.- La web del millón de dólares. Uno de los clásicos. En 2005, un jovencísimo Alex Tew necesitaba dinero para pagarse su carrera universitaria. A sus 21 años, a este joven inglés no se le ocurrió otra cosa que montar La web del millón de dólares, un horrendo site que estaba compuesto de un millón de banners diminutos que vendía a un dólar la unidad.
¿Una idea absurda? Pues seguramente, pero también tremendamente rentable. Como cada banner apenas ocupaba un píxel, Alex pronto cambió de idea y, para que los anunciantes mostrasen más interés, pasó a vender los banners de 100 en 100. Por su estrambótico carácter, la web se fue haciendo más famosa y esta batalla por la visibilidad hizo que muchas empresas comprasen centenares de banners.

En los apenas cinco meses de actividad de la web, Alex consiguió embolsarse un total de 1,03 millones de dólares, lo que le habría dado para estudiar todas las carreras que le hubiese dado la gana.

2.- La roca-mascota. En 1975, el americano Gary Dahl era un simple director creativo que trabajaba para diversas agencias de publicidad. Una noche, en una reunión con amigos, todos acabaron comentando y haciendo chistes sobre lo sucias que suelen ser las mascotas y lo genial que sería tener una que no manchase lo más mínimo.

Y, puestos a seguir con la estupidez, Gary cogió una piedra, la metió en una caja y se puso a intentar venderla por 3,95 dólares con el nombre de Pet Rock. Y si la cosa ya parecía loca de por sí, este creativo llegó incluso a elaborar un manual de cuidados para la piedra, no fuera a morirse por los deficientes cuidados de sus dueños.

Lo que empezó como una monumental chorrada acabó siendo un negocio millonario. Seis meses después, Gary ya vendía 10.000 unidades de Pet Rock. Este curioso emprendedor murió el mes pasado, y se calcula que este rarísimo invento le dio más de 15 millones de dólares.

3.- La máquina de pedos. Al final podemos intentar parecer todo lo dignos que queramos, pero, como decía el gran Leslie Nielsen, “nada hace tanta gracia como el sonido de un pedo”. En 2008, en pleno apogeo de los smartphones, el desarrollador Joel Comm decidió lanzar una de las aplicaciones más absurdas que jamás se ha visto: una máquina de pedos. Tan sencillo como bajarse la app, instalarla y apretar un botón para que tan sinuoso sonido impregnase el ambiente.

Pese a lo simple de la idea, Joel decidió vender su app por 0,99 dólares e incluir una lista de diferentes sonidos según la calidad o tipología de la flatulencia elegida por el usuario. A principios de 2009, iFart ya contaba con más de 350.000 descargas y facturaba 10.000 dólares al día.

4.- La carita sonriente. ¿Cuántas veces has puesto una carita sonriente en el ordenador o en el móvil? Seguramente miles, ya que el famoso smiley ha pasado a ser uno de los iconos más representativos de nuestra cultura digital contemporánea. Sin embargo, lo que seguramente no sepas es que hay dos personas que se han forrado gracias a él.

Se trata de Bernard y Murria Spain, quienes, en 1963, dibujaron esta carita sonriente a uno de sus clientes. Vista la buena acogida que tuvo, poco tiempo después decidieron registrarla como marca junto con el epígrafe Have a nice day (Que tengas un buen día). Una idea tan simple como millonaria: en todo este tiempo, el famoso smiley les ha generado más de 500 millones de dólares.

5.- AntennaBalls. Otro éxito que ni siquiera ha necesitado hacer uso de internet para hacer millonario a su creador. En 1997, el americano Jason Wall, quién sabe si inspirado en los smileys de antes, decidió diseñar unas bolas con estas caritas sonrientes para colocarlas en las antenas de los coches. Una idea tan hortera como, a la postre, rentable.

Wall no tardó en empezar a venderlas en pequeños concesionarios de California, hasta que un día llegó Walmart y le ofreció venderlas en todas sus cadenas de distribución. En 2006, AntennaBalls vendía más de 500.000 pelotas al mes. Con el tiempo han conseguido convertir a Walls en un millonario emprendedor que vende sus pelotas en tiendas de medio mundo.

6.- Cajas usadas a un dólar. En 2003, el estadounidense Marty Metro observó la breve vida que tenían las cajas de mudanzas usadas, así que tuvo una sensacional idea: vender por un dólar unas cajas... que a él le habían costado 10 centavos la unidad. Brillante, ¿verdad? Pues se ve que nadie le llevó la contraria, porque invirtió 300.000 dólares en el negocio y, alucinantemente, se arruinó...
Pero entonces le dio una vuelta de tuerca al asunto. Vale, quizá no había sido una buena idea vender una cosa usada por un precio diez veces superior al original, pero, ¿y si cambiase el discurso? Fue entonces cuando Metro abrió una página web (ya cerrada) en la que puso a la venta sus cajas bajo un llamativo eslogan: ¿Quieres salvar árboles?
 
Y fue aquello lo que le llevó al éxito: poco tiempo después sus cajas se vendían como churros, y Walmart (que en esto de ideas locas ya tenía la experiencia de AntennaBalls) decidió venderlas. Y este negocio hizo que Marty Metro se convirtiera en un lustroso millonario

martes, 24 de enero de 2017

Convocatoria para la 1ª aceleradora de "retail" de España

Se buscan proyectos que aporten soluciones a uno o varios de estos 4 retos:

Reto 1: Nuevos servicios para el comercio integrados en modelos de plataforma
Reto 2: Mejora de la experiencia de compra
Reto 3: Customer insights: conocer mejor al cliente
Reto 4: Hibridación del mundo físico y digital a lo largo de la cadena de valor del sector

6 meses de duración
¡Manos a la obra!, hasta 12 proyectos serán seleccionados para formar parte del programa de aceleración

¿Quién puede participar?
No hay restricciones en cuanto al grado de madurez de tu proyecto o Startup
Si tienes una idea y eres mayor de edad ¡Puedes participar!

¿Qué ganas?
Programa de aceleración. Networking. Partnership. Premio de subvención de tu proyecto piloto en un escenario real


Más información en http://aragonopenfuture.torrevillagezir.com/

domingo, 22 de enero de 2017

Abierta la convocatoria de los premios Jaime I

La Fundación Premios Rey Jaime I convoca una nueva edición de los Premios Rey Jaime I de Investigación Básica, Economía, Medicina Clínica, Protección del Medio Ambiente,  Nuevas Tecnologías y Emprendedor.

Cada uno de los premios está dotado con 100.000 euros. Podrá ser candidato cualquier persona que haya efectuado la mayor parte de su actividad profesional en España y preferentemente resida en España. El nominador deberá ser persona distinta del candidato. Los candidatos de años anteriores pueden renovar candidatura durante 3 años, comunicándolo por escrito a la Fundación. 

Se puede consultar las bases de la convocatoria y presentar las candidaturas en las categorías deseadas, cumplimentando el impreso oficial disponible en la web www.fprj.es.  Una vez  recibida la propuesta se contactará directamente con los candidatos para pedirles la documentación necesaria.

El plazo para la presentación de candidaturas finaliza el 20 de marzo de 2017.

martes, 17 de enero de 2017

Planificación y planes



(Un texto de Jorge Parra en el suplemento económico del Heraldo de Aragón del 6 de octubre de 2013)

Tras culminar la Operación Overlord que se inició con el desembarco aliado en Normandía, el general Dwight D. Eisenhower afirmó: «Los planes no son nada; la planificación lo es todo». Esta aseveración tan tajante tiene su explicación. El general tuvo que modificar varias veces sobre la marcha el plan inicial del desembarco debido a circunstancias sobrevenidas. Sin embargo, el proceso de reflexión que mantuvo con su equipo para planificar la operación, en el que se evaluaron todas las alternativas y contingencias, le fue de gran valor a la hora de improvisar y tomar decisiones que modificaban el plan.

Henry Mintzberg transmite la misma idea con su concepto de estrategia emergente: el plan es importante, pero se ve afectado por multitud de factores como la necesidad de adaptarlo a las cambiantes circunstancias externas de la organización, o la particular interpretación que los directivos hacen de la estrategia. Una cosa es la estrategia deliberada y otra es la que finalmente se lleva a cabo. A pesar de que el plan no siempre se ejecuta como estaba previsto, merece la pena dedicar tiempo de calidad a la planificación.

viernes, 13 de enero de 2017

Direcciones útiles para conseguir un empleo



(Parte de un artículo de Tino Fernández y Montse Mateos en el suplemento económico de El Mundo del 19 de enero de 2014)

ETT
Si quieres estrenarte en el mercado laboral puedes acudir a los portales de las grandes intermediarias del mercado laboral: Adecco.es, Randstad.es y Manpower.es. En realidad se constituyen como grupos de recursos humanos que cuentan con diferentes divisiones que gestionan candidatos (con o sin cualificación, con o sin experiencia) para acceder a un trabajo de carácter temporal o indefinido.

CONSULTORAS DE SELECCIÓN
Estas firmas seleccionan profesionales con experiencia. Algunas de ellas son: Catenon, Hays, Michael Page, Psicotec, Dopp o Hudson.com. Alguna de ellas también hace búsqueda directa de ejecutivos.

CAZATALENTOS
Si estás curtido en el mercado laboral y has llegado a un puesto de responsabilidad, no te extrañe recibir una llamada de un cazatalentos que tantee si estás interesado en cambiar de empresa. Algunas de las principales compañías de headhunters que operan en nuestro país son Spencer Stuart, Russell Reynolds, Egon Zhender, Heidrick & Struggles, Norman Broadbent, Leaders Trust, Seeliger y Conde, Signum International, Korn Ferry, Penrhyn Intemational, Boyden y Pedersen & Partners, entre otras.

NUEVOS CANALES
Junto a estos canales, a los que se suman las redes sociales, conviven start up de nuevo cuño que suponen la alternativa para localizar otras opciones laborales:

-Jobssy.com. Es un buscador global de talento y personas basado en la inteligencia artificial. A través de esta plataforma puedes acceder a servicios gratuitos para la búsqueda y gestión del empleo en la Red.

-Jobandtalent.com. El usuario registra su perfil y el sistema importa su lista de contactos desde Facebook e identifica en qué empresa trabaja cada uno de sus amigos.

-MobiI4job.com. Servicio de selección de profesionales cualificados que une el mundo online y offline mediante vídeo y redes profesionales y sociales.

-Jobijoba.es. Puedes acceder a ofertas de trabajo localizadas en distintas bolsas de empleo. La plataforma permite escoger el canal por sectores, lugares, profesiones y las empresas que en estos momentos tienen abierto algún proceso de selección para determinados puestos.

-Jaratech.com. Funciona sobre las redes sociales, aglutina millones de perfiles y también ofrece asesoría de posicionamiento en redes.

-Martketyou.es. Permite detectar tus déficit y virtudes profesionales; saber cómo te perciben y evalúan las empresas y trabajar los aspectos que te impiden avanzar.

-Cuvitt.com. Los usuarios que construyan su historial en CuVitt podrán ser localizados por su formación, experiencia profesional y otras dimensiones que le dan valor y le diferencian.

-Emprendedoresyparados.es. Pone en contacto a parados y emprendedores. Los desempleados pueden participar en los proyectos que se adecuen a sus capacidades.

-Opcionempleo.com. Diseñado para facilitar la búsqueda de trabajo en la Red, localiza las ofertas de empleos disponibles en internet y generadas por redes de empleo, agencias y webs de reclutamiento.

-Experteer.es. Pensada para perfiles directivos y profesionales de alto nivel, esta plataforma ofrece más de 90.000 ofertas y el acceso a una amplia red de cazatalentos.
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