jueves, 30 de mayo de 2013

Innovación abierta


(Un artículo de Elena Sanz en el suplemento Tercer Milenio del Heraldo de Aragón del 31 de mayo de 2011)

¿Estamos programados para ser colectivamente inteligentes? ¿Cooperar y compartir nos hace más innovadores? Los últimos estudios sobre inteligencia colectiva e innovación apuntan en esta dirección. De hecho, empresas punteras como Boeing, Du Pont o Nestlé, así como la Nasa, han puesto a prueba la ‘sabiduría de la multitud’ para buscar soluciones a sus problemas y desarrollar nuevos productos. Los resultados obtenidos hasta ahora auguran un prometedor futuro a la innovación abierta, que permite a cualquier ciudadano convertir una brillante idea en realidad.

«En las circunstancias apropiadas, los grupos son notablemente inteligentes, y a menudo más inteligentes que los mejores del grupo», asegura James Surowiecki en su libro ‘Cien mejor que uno’. De esta premisa parte el concepto de Innovación Abierta (‘Open Innovation’ en inglés), un término que fue acuñado por el catedrático de la Universidad de Berkeley Henry Chesbrough en 2005 acompañado de un mensaje rotundo: las mejores ideas no siempre surgen de una empresa u organización. O, dicho de otro modo, ni todos los mejores expertos, ni tampoco muchos ‘amateurs’ ingeniosos y originales, trabajan en nuestra organización. Por lo tanto, para innovar y avanzar es esencial aprovechar el conocimiento externo.

La Nasa sabe que gran parte de la creatividad que necesita para afrontar el futuro se encuentra «ahí fuera», en la red. Por eso, hace algunos años decidió unirse a la plataforma Innocentive, apodada como el ‘supermercado on-line de las ideas’, donde una serie de empresas o ‘seekers’ (buscadores) plantean problemas o ‘challenges’ (retos) para que los usuarios o ‘solvers’ propongan soluciones. Esta estrategia de innovación abierta se conoce como ‘crowdsourcing’ –del inglés ‘crowd’ (masa) y ‘sourcing’ (externalización) – y habitualmente quien ofrece la idea más fresca y brillante obtiene una recompensa económica. Usando este sistema, la Nasa ha encontrado la solución para fabricar un aparato de gimnasia para hacer ejercicio en el espacio, tecnología que permite a los astronautas conservar alimentos frescos o métodos para pronosticar el tiempo solar. Hasta han desarrollado un sistema especial de lavado en microgravedad, importante para futuros viajes espaciales tripulados si tenemos en cuenta que las lavadoras tradicionales no funcionan en el espacio exterior.

Boeing, Du Pont, Novartis, Nestlé o SAP han aprovechado también la plataforma Innocentive para resolver algunos de sus quebraderos de cabeza con ayuda del ‘talento común’. Incluso Colgate-Palmolive recurrió a la ‘sabiduría de masas’ en busca de un método para envasar su pasta, que encontró gracias a un ingeniero canadiense que propuso colocar una carga positiva en el flúor en polvo. Esta solución, que a nadie en la compañía se le había ocurrido, fue recompensada con 25.000 dólares.

Por su parte, la conocida franquicia del café Starbucks ha creado la web Starbucks Ideas, un espacio ‘on-line’ donde ya han recibido más de 100.000 propuestas que la empresa analiza y cataloga públicamente como ‘puesta en marcha’, ‘en revisión’ o ‘muy pronto’.

La idea de la marca de ordenadores Dell de vender portátiles con sistema operativo Linux surgió de los miles de usuarios que aportan sus propuestas para mejorar los productos a través de la plataforma web Idea-Storm (tormenta de ideas en castellano). Y Nokia ha lanzado Invent with Nokia, en la que hace un llamamiento a inventores profanos a desarrollar los dispositivos móviles del futuro.

¿Por qué funciona tan bien la innovación abierta? Surowiecki lo tiene claro: porque estamos programados para ser colectivamente inteligentes. Charles Leadbeater, asesor británico en innovación autor del libro ‘We think’ (2008), apoya esta idea y defiende que «en sus raíces la creatividad es colaborativa, y normalmente no es fruto de un momento de inspiración individual y solitario». Internet nos ofrece una nueva forma de organizar y expandir esa actividad creativa compartida a gran escala y, por eso, según Leadbeater, «está cambiando nuestro modo de compartir ideas y de pensar». De hecho, este experto británico sostiene que nuestra principal preocupación en el siglo XXI debe ser «cómo crear una economía de innovación de masas duradera».

Otro argumento sólido es el que aporta Yochai Benkler, catedrático de Derecho de la Universidad de Harvard, que asegura que «el mundo va demasiado rápido, es demasiado complejo y está demasiado conectado para que ninguna compañía encuentre todas las respuestas que necesita dentro».

En otras palabras, en la actualidad el conocimiento no se encuentra circunscrito a las grandes organizaciones, centros tecnológicos y universidades. Está distribuido en multitud de países y de personas. Y, lo que es más interesante, ese conocimiento está disponible. Quizás tienen razón quienes afirman que, a partir de ahora, las grandes ideas no surgirán de un tipo encerrado en un garaje sino del encuentro de millones de personas en la red.

martes, 28 de mayo de 2013

El pais de ‘jauja’ para abrir un negocio

(Texto de A. Bustillo y M. Mateos publicado en el suplemento económico de El Mundo del 19 de mayo)

Cómo sería el paraíso de los emprendedores. Cada país tiene sus normas, sus leyes fiscales y sus instrumentos de inversión. Y si pudiéramos aglutinar lo mejor de cada lugar en uno solo...

* En Reino Unido puedes crear una sociedad limitada por Internet –si el nombre está disponible–. Al registrarla regalan un dominio web co.uk, todo por un coste de unos 70 euros. En tres horas la empresa está operativa y no hay que pagar impuestos hasta 21 meses después.

* En Irlanda no existe un capital mínimo para crear una empresa y en Holanda un euro es suficiente. Luxemburgo, aunque es algo más burocrático que el resto de los países de la UE, cuenta con un marco de incentivos y becas para fomentar la inversión.

* Un entorno fiscal favorable, la estabilidad política, un mercado de trabajo liberal, la paz social y una población cualificada –el 80% posee un diploma de Secundaria o Formación Profesional– convierten a Suiza en una de las plazas más atractivas para emprender.

* Finlandia apuesta firmemente por la formación. Al ser un país con escasos recursos naturales ha decidido reinventarse potenciando su talento interno. Sabe que el futuro pasa por fomentar el carácter tecnológico, económico y el diseño de sus empresas.

* La Jauja de los emprendedores debería contar con la pasión de los españoles, el poco sentido del ridículo de los ingleses, el espíritu aventurero y el escaso miedo al riesgo de los americanos, el márketing de los italianos y la determinación de Israel.

lunes, 27 de mayo de 2013

Qué necesita España para ser el paraíso de los emprendedores

(Un artículo de Arancha Bustillo y Montse Mateos en el suplemento económico de El Mundo del 19 de mayo)

Formación que fomente el espíritu emprendedor desde las edades más tempranas, un capital que de verdad arriesgue en la puesta en marcha de los proyectos más novedosos y el fortalecimiento de una cultura que no penalice el fracaso pueden convertir a nuestro país en el edén del emprendedor. Un reto que ya es una realidad en países como Estados Unidos, Israel o Chile.

En una de sus últimas ponencias Javier Andrés, artífice de Ticketea.com, preguntó a su audiencia: "¿En qué somos los mejores del mundo?". La respuesta no se hizo esperar: "En fútbol". Buscar el origen de ese éxito y trasladarlo a otros entornos como el del emprendimiento es, en su opinión, la clave para fomentar la creación de empresas y atraer talento: "El fútbol forma parte de nuestra vida desde que nos regalan el primer balón y a través de los medios de comunicación escuchamos noticias relacionadas con ese deporte: desde que tenemos una de las ligas más competitivas que atrae a las grandes estrellas, hasta que existe un centro de alto rendimiento como el de La Masía, que forjó a algunos de los mejores jugadores de la selección. Todos celebramos los éxitos futbolísticos y creamos héroes de referencia como Ronaldo o Messi".

Este emprendedor propone crear un contexto similar para forjar y reconocer a los que luchan cada día por el éxito de su negocio. "También ayudaría a sacar a estos héroes del anominato y que fueran un ejemplo para futuras generaciones", añade. El talento, la cultura y un mercado que mueva el dinero son algunos de los factores que poblarían este entorno paradisíaco, "en el que no puede faltar un capital que de verdad se arriesgue en proyectos novedosos, no en copycat, es decir, iniciativas que son una copia de otras que ya han tenido éxito. Por ejemplo, la apuesta de Telefónica por Tuenti, una red que es un reflejo de Facebook".

Alejandro Vega, creador junto con Damián Girardi de Tripsbook.com, está convencido de que España cuenta con gente muy preparada y cualificada para la labor empresarial, "pero sin un programa de apoyo al emprendedor que estimule la creación de empresas no hay nada que hacer. Iniciar una actividad empresarial en nuestro país es más complicado que, por ejemplo, en Zambia o el Congo. Nos encontramos por detrás de países como Serbia, Turquía o Croacia". Daniel Bezares, que hace unos meses puso en marcha Percentil.com, señala que "los impuestos a los que hay que hacer frente en los inicios pueden costar la vida a una empresa".
Los déficit que aprecian los emprendedores también tienen que ver con la educación y la tolerancia al fracaso. Iñaki Arrola, fundador de Coches.com y socio del fondo Vitamina K, que apoya a futuros emprendedores, afirma que nuestro país adolece de formación para emprender: "Montar un negocio nunca ha estado bien visto porque se piensa en el fracaso. Hay que enseñar que crear una empresa es posible y que para ello hay que fracasar y no pasa nada. En Estados Unidos se fomenta esta cultura desde el colegio". Es de los que asegura que el paraíso no tiene tanto que ver con favorecer la creación de start up con una ley o con reducir la burocracia, "sino con crear un contexto que de verdad fomente el espíritu emprendedor". Una opinión que comparte con Jordi Vinaixa, director académico del Instituto de Iniciativa Emprendedora de Esade: "Tenemos una cultura de excesiva búsqueda de la seguridad y todo lo relacionado con el riesgo nos es ajeno. Desde el punto de vista legislativo, disponemos de unas normas muy garantistas que hacen que la puesta en marcha de empresas se ralentice. Además, se penaliza el fracaso. Si una persona ha fallado una vez, por ejemplo, si ha tenido un problema de morosidad éste queda en su expediente aunque esté resuelto. No somos de dar segundas oportunidades".

Esto es algo superado en Estados Unidos. Por eso es, junto con Israel, uno de los países de referencia de los emprendedores. Además, Arrola admira a este último "porque fomenta la cultura del esfuerzo desde edades tempranas". Start-up Nation, un best seller en Estados Unidos, recoge este espíritu hasta el punto de convertirse en el libro de cabecera de muchos empresarios. Este ensayo es una historia de talento, cuestionamiento de la autoridad, trabajo en equipo y amor por el riesgo y una actitud única hacia el fracaso. En este espejo se miran muchos de los emprendedores españoles.

Otra plaza que también tiene claras perspectivas de convertirse en la cuna de las start up tecnológicas en Latinoamérica es Chile, donde se han creado una serie de iniciativas como Start up Chile, que arropa el crecimiento de nuevas ideas, por ejemplo, con la aportación de 40.000 dólares para constituir una empresa en Internet.

Pablo Santos, CEO de First Communication Platforms (FCP) –firma que asesora en el emprendimiento en América Latina– destaca el programa Juro Zero –interés cero– de Brasil: "Impulsado por el gobierno federal, proporciona un acceso rápido a financiación y procedimientos simplificados para el establecimiento de empresas". Asimismo destaca Colombia que "en los últimos ocho años ha adoptado 25 reformas institucionales para agilizar la gestión empresarial". Bogotá acogerá el próximo mes de julio el foro Colombia Startup & Investor Summit. Ecuador no se queda atrás: ha puesto en marcha planes de inversión para firmas foráneas que quieran establecerse en la zona. Y también Perú está llamando a gritos la inversión extranjera. Manuel Camas, socio director de Gaon Abogados, escogió Lima para dar el primer paso en Latinoamérica: "Asesoramos a inversores extranjeros. Éste es un país en crecimiento, que se ha animado tras el tratado de libre comercio firmado con China y la Unión Europea. Además, los trámites de puesta en marcha de un negocio de capital extranjero son sencillos".

Asia también está haciendo sus deberes en este sentido. China, Singapur, Tailandia e India son referencia. El gigante asiático se está nutriendo de aquellos que salieron del país y hoy regresan con otra mentalidad, más abierta y con menos temor al riesgo. Algo que no sucede, precisamente, en Corea donde, según Paris de l’Etraz, director del Venture Lab de IE Business School, existe mucho miedo al fracaso y a cometer errores. Japón, a pesar de ser una economía muy potente tampoco da demasiadas facilidades a la creación de empresas. Vinaixa cuenta que es un país con una cultura bastante rígida y autoritaria.

  De todas maneras, tampoco hace falta irse tan lejos para encontrar ideas que importar y ejemplos de lo que se debería hacer y de lo que no en materia de emprendimiento. Raúl Mata, fundador y CEO de eGauss, recuerda que en Reino Unido se ayuda mucho a los emprendedores desde los estamentos públicos; y los países nórdicos han eliminado bastante trabas burocráticas y administrativas. Los peores en este capítulo vuelven a ser los del Sur, y no sólo España que, según los expertos consultados, está avanzando por el buen camino en este sentido.

De l’Etraz asegura que Italia y Francia son los que más pegas ponen: "Tienen aún unas tasas altas de impuestos para todos aquellos que generen dinero y, sin embargo, ahora España se está viendo desde fuera como un lugar con muchas posibilidades para emprender".

Aunque todavía faltan medidas. Daniel Millán, CEO de Ternum Group, opina que España debería mejorar en "la financiación vinculada a la formación y a iniciativas de fomento de start up y en el impulso de incentivos fiscales, laborales y de instituciones públicas". Por su parte, De l’Etraz afirma que en España no nos sabemos vender: "Tenemos miedo al ridículo. Hay que quitarse ese complejo de inferioridad y levantar la cabeza. No podemos seguir siendo tan individualistas y deberíamos entender la palabra ambición con connotaciones positivas".

miércoles, 22 de mayo de 2013

Intercambio de innovación

La verdad es que no tengo muy claro qué hacen, ni cual es su modelo de negocio, pero quizá sea interesante echarle un vistazo en un futuro...

De momento, www.k2know.com se define como una plataforma en línea para conectar universidades y centros de conocimiento, empresas y personal especializado con el objetivo de intercambiar información.

viernes, 17 de mayo de 2013

Cinco 'startups' que lo tuvieron todo y se quedaron por el camino

(Un artículo de David Pérez en El Confidencial.com de hoy)

En algunos casos, la esperada inversión no llegó a tiempo, o sus directivos no pudieron convencer a una compañía de mayor tamaño para la absorción de su incipiente negocio. En otros, resultó imposible transformar a miles, incluso millones, de usuarios en dinero, haciendo efectivo uno de los sustantivos más utilizados en la actualidad cuando hablamos de los nuevos negocios de internet: la monetarización. Un problema del que ni siquiera Facebook o Twitter se libran.

Otras startups españolas que prometían grandes éxitos y se quedaron en el camino, zozobraron porque su modelo de negocio era una quimera, y las expectativas de sus creadores no eran realistas. En otros ejemplos, las causas del fracaso tienen que ver con motivos de mala gestión, generalmente con inversiones no proporcionadas al crecimiento de la facturación. En muchas ocasiones, no hay causas identificables. Existen muchas buenas ideas que se han quedado en el camino.

El ansiado océano azul

Incluso Barrabés, la tienda especializada en material de montaña que hoy es una referencia de los negocios de internet, estuvo a punto de quebrar en 2002 después de un boicot de la competencia en Estados Unidos. Sin embargo, cambiaron su estrategia a tiempo y lograron remontar con brillantez. Algo de lo que sabe mucho Shigeru Miyamoto, de Nintendo. El padre de Mario Bros salvó a su compañía del desastre sacándose de la manga la consola Wii, aplicando una estrategia de océano azul. No se trata de competir, sino de innovar tanto que puedas vender allí donde no hay todavía competencia. Steve Jobs tampoco creía en los estudios de mercado, ya se encargaría él de crearlo.

En el pasado de internet, aunque no todas eran startups, sino más bien grandes compañías surgidas de la nada, a golpe de talonario, existen ejemplos como Soitu, el alabado proyecto editorial de Gumersindo Lafuente, apoyado por el BBVA, y cuyos esfuerzos por realizar un periodismo de excelencia en internet implicaron gastos por encima de sus posibilidades de financiación. 

En la década del 2.000, además de Terra -pero ésa es otra historia-, también pincharon dos centros comerciales online como Diversia.es Submarino.com, este último con aspiraciones de convertirse en una especie de Amazon en español, del que incluso se dijo que saldría a bolsa y hoy es un negocio residual.

"La tecnología hace que el costo marginal de producción se vuelva cero para muchos productos y servicios. Por lo tanto, las empresas que se vuelvan digitales se volverán libres", escribió Chris Anderson, editor jefe de la revista Wired. Sin embargo, existen algunas tiranías. Repasemos algunos casos más recientes para comprender una ínfima parte del problema.

1. eyeOS: la esperanza patria del 'cloud computing'

Desde su nacimiento, en 2005, cuando todo el mundo empezaba a hablar de la nube, eyeOS se convirtió en la esperanza española del cloud computing. Liderados su carismático CEO, Pau García Milá -transformado en los últimos años en un gurú del emprendimiento y un ejemplo a seguir para miles de jóvenes- la startup catalana desarrolló un sistema operativo virtual cuyo nombre llegó a colarse entre gigantes como Google y Microsoft. Fueron pioneros en comprender la nube. Entonces, Pau y su socio, Marc Cercó -que tuvieron la oportunidad de formar parte de Twitter, aunque prefirieron decantarse por un modelo de negocio más seguro- tenían 17 años.
 
Después de ocho años y, ciertamente, un recorrido sobresaliente, con casi un millón de descargas en todo el mundo, a día de hoy están en aprietos, atravesando serios problemas de liquidez. En 2011, obtuvieron una ronda de financiación de dos millones de euros, pero esperaban otra inyección que nunca llegó. A la espera de un milagro de financiación, la compañía presentará próximamente un ERE que afectará a la mitad de su plantilla, de un total de 38 trabajadores.

2. Glass: el capricho de un 'exTuenti'

Tras la millonaria venta de Tuenti, fue la apuesta de uno de los creadores de la red social española por excelencia, Joaquín Ayuso, hoy desvinculado del proyecto, para continuar su camino de innovación. No obstante, la idea original es de Eduardo Prats, a través de la empresa californiana Border Stylo, con una inversión previa de 5 millones de dólares. El propio Ayuso llegó a decir de Glass que "probablemente está creciendo más rápido que Tuenti”.
Los fundamentos tecnológicos de la plataforma no fueron el problema del proyecto. Su objetivo era tan ambicioso que aspiraba a crear una capa intermedia entre los contenidos de la Word Wide Web y los usuarios, de tal manera que cualquier internauta pudiese anotar comentarios, como si fuesen post-its, por encima de los navegadores, saltándose sus canales, en una especie de comunidad total.
     
En algunos casos, la esperada inversión no llegó a tiempo, o sus directivos no pudieron convencer a una compañía de mayor tamaño para la absorción de su incipiente negocio. En otros, resultó imposible transformar a miles, incluso millones, de usuarios en dinero, haciendo efectivo uno de los sustantivos más utilizados en la actualidad cuando hablamos de los nuevos negocios de internet: la monetarización. Un problema del que ni siquiera Facebook o Twitter se libran.

Otras startups españolas que prometían grandes éxitos y se quedaron en el camino, zozobraron porque su modelo de negocio era una quimera, y las expectativas de sus creadores no eran realistas. En otros ejemplos, las causas del fracaso tienen que ver con motivos de mala gestión, generalmente con inversiones no proporcionadas al crecimiento de la facturación. En muchas ocasiones, no hay causas identificables. Existen muchas buenas ideas que se han quedado en el camino.

El ansiado océano azul

Incluso Barrabés, la tienda especializada en material de montaña que hoy es una referencia de los negocios de internet, estuvo a punto de quebrar en 2002 después de un boicot de la competencia en Estados Unidos. Sin embargo, cambiaron su estrategia a tiempo y lograron remontar con brillantez. Algo de lo que sabe mucho Shigeru Miyamoto, de Nintendo. El padre de Mario Bros salvó a su compañía del desastre sacándose de la manga la consola Wii, aplicando una estrategia de océano azul. No se trata de competir, sino de innovar tanto que puedas vender allí donde no hay todavía competencia. Steve Jobs tampoco creía en los estudios de mercado, ya se encargaría él de crearlo.

En el pasado de internet, aunque no todas eran startups, sino más bien grandes compañías surgidas de la nada, a golpe de talonario, existen ejemplos como Soitu, el alabado proyecto editorial de Gumersindo Lafuente, apoyado por el BBVA, y cuyos esfuerzos por realizar un periodismo de excelencia en internet implicaron gastos por encima de sus posibilidades de financiación. 

En la década del 2.000, además de Terra -pero ésa es otra historia-, también pincharon dos centros comerciales online como Diversia.es Submarino.com, este último con aspiraciones de convertirse en una especie de Amazon en español, del que incluso se dijo que saldría a bolsa y hoy es un negocio residual.

"La tecnología hace que el costo marginal de producción se vuelva cero para muchos productos y servicios. Por lo tanto, las empresas que se vuelvan digitales se volverán libres", escribió Chris Anderson, editor jefe de la revista Wired. Sin embargo, existen algunas tiranías. Repasemos algunos casos más recientes para comprender una ínfima parte del problema.

1. eyeOS: la esperanza patria del 'cloud computing'

Desde su nacimiento, en 2005, cuando todo el mundo empezaba a hablar de la nube, eyeOS se convirtió en la esperanza española del cloud computing. Liderados su carismático CEO, Pau García Milá -transformado en los últimos años en un gurú del emprendimiento y un ejemplo a seguir para miles de jóvenes- la startup catalana desarrolló un sistema operativo virtual cuyo nombre llegó a colarse entre gigantes como Google y Microsoft. Fueron pioneros en comprender la nube. Entonces, Pau y su socio, Marc Cercó -que tuvieron la oportunidad de formar parte de Twitter, aunque prefirieron decantarse por un modelo de negocio más seguro- tenían 17 años.


Después de ocho años y, ciertamente, un recorrido sobresaliente, con casi un millón de descargas en todo el mundo, a día de hoy están en aprietos, atravesando serios problemas de liquidez. En 2011, obtuvieron una ronda de financiación de dos millones de euros, pero esperaban otra inyección que nunca llegó. A la espera de un milagro de financiación, la compañía presentará próximamente un ERE que afectará a la mitad de su plantilla, de un total de 38 trabajadores.

2. Glass: el capricho de un 'exTuenti'

Tras la millonaria venta de Tuenti, fue la apuesta de uno de los creadores de la red social española por excelencia, Joaquín Ayuso, hoy desvinculado del proyecto, para continuar su camino de innovación. No obstante, la idea original es de Eduardo Prats, a través de la empresa californiana Border Stylo, con una inversión previa de 5 millones de dólares. El propio Ayuso llegó a decir de Glass que "probablemente está creciendo más rápido que Tuenti”.
Los fundamentos tecnológicos de la plataforma no fueron el problema del proyecto. Su objetivo era tan ambicioso que aspiraba a crear una capa intermedia entre los contenidos de la Word Wide Web y los usuarios, de tal manera que cualquier internauta pudiese anotar comentarios, como si fuesen post-its, por encima de los navegadores, saltándose sus canales, en una especie de comunidad total.

Tras tímidos intentos por conquistar el mercado español, se centraron en Estados Unidos, pero la aplicación se fue apagando poco a poco hasta hacerse invisible online a partir de 2011. A día de hoy, su URL inicial no funciona, pero parece que se han mudado a ésta. Lo último que se sabe de ellos son los rumores, revelados por Gizmodo, de una denuncia a Google por copiar su logotipo en el lanzamiento de sus gafas. Según informan a Teknautas fuentes cercanas a la compañía, Glass ha cambiado hasta dos veces de CEO y están preparando un relanzamiento en España, con una experiencia de usuario simplificada. 

3. Rockola FM: la alternativa española a Spotify

De entre la multitud de plataformas que han aparecido como alternativa a Grooveshark Spotify, el sistema de reproducción de música vía streaming por excelencia en Europa, Rockola FM, cuyo site aparece hoy en una especie de barbecho, era la más solvente opción española. Y lo era por la alta calidad de sus servicios y su valor añadido, que respaldaban más de 500.000 usuarios al mes. Además de ser una radio para escuchar música en la red en base a los gustos personales del usuario, también integraba en el portal un canal de promoción de nuevos artistas a través de la retransmisión de conciertos en directo y la difusión de noticias.

En algunos casos, la esperada inversión no llegó a tiempo, o sus directivos no pudieron convencer a una compañía de mayor tamaño para la absorción de su incipiente negocio. En otros, resultó imposible transformar a miles, incluso millones, de usuarios en dinero, haciendo efectivo uno de los sustantivos más utilizados en la actualidad cuando hablamos de los nuevos negocios de internet: la monetarización. Un problema del que ni siquiera Facebook o Twitter se libran.

Otras startups españolas que prometían grandes éxitos y se quedaron en el camino, zozobraron porque su modelo de negocio era una quimera, y las expectativas de sus creadores no eran realistas. En otros ejemplos, las causas del fracaso tienen que ver con motivos de mala gestión, generalmente con inversiones no proporcionadas al crecimiento de la facturación. En muchas ocasiones, no hay causas identificables. Existen muchas buenas ideas que se han quedado en el camino.

El ansiado océano azul

Incluso Barrabés, la tienda especializada en material de montaña que hoy es una referencia de los negocios de internet, estuvo a punto de quebrar en 2002 después de un boicot de la competencia en Estados Unidos. Sin embargo, cambiaron su estrategia a tiempo y lograron remontar con brillantez. Algo de lo que sabe mucho Shigeru Miyamoto, de Nintendo. El padre de Mario Bros salvó a su compañía del desastre sacándose de la manga la consola Wii, aplicando una estrategia de océano azul. No se trata de competir, sino de innovar tanto que puedas vender allí donde no hay todavía competencia. Steve Jobs tampoco creía en los estudios de mercado, ya se encargaría él de crearlo.

En el pasado de internet, aunque no todas eran startups, sino más bien grandes compañías surgidas de la nada, a golpe de talonario, existen ejemplos como Soitu, el alabado proyecto editorial de Gumersindo Lafuente, apoyado por el BBVA, y cuyos esfuerzos por realizar un periodismo de excelencia en internet implicaron gastos por encima de sus posibilidades de financiación. 

En la década del 2.000, además de Terra -pero ésa es otra historia-, también pincharon dos centros comerciales online como Diversia.es Submarino.com, este último con aspiraciones de convertirse en una especie de Amazon en español, del que incluso se dijo que saldría a bolsa y hoy es un negocio residual.

"La tecnología hace que el costo marginal de producción se vuelva cero para muchos productos y servicios. Por lo tanto, las empresas que se vuelvan digitales se volverán libres", escribió Chris Anderson, editor jefe de la revista Wired. Sin embargo, existen algunas tiranías. Repasemos algunos casos más recientes para comprender una ínfima parte del problema.

1. eyeOS: la esperanza patria del 'cloud computing'

Desde su nacimiento, en 2005, cuando todo el mundo empezaba a hablar de la nube, eyeOS se convirtió en la esperanza española del cloud computing. Liderados su carismático CEO, Pau García Milá -transformado en los últimos años en un gurú del emprendimiento y un ejemplo a seguir para miles de jóvenes- la startup catalana desarrolló un sistema operativo virtual cuyo nombre llegó a colarse entre gigantes como Google y Microsoft. Fueron pioneros en comprender la nube. Entonces, Pau y su socio, Marc Cercó -que tuvieron la oportunidad de formar parte de Twitter, aunque prefirieron decantarse por un modelo de negocio más seguro- tenían 17 años.


Después de ocho años y, ciertamente, un recorrido sobresaliente, con casi un millón de descargas en todo el mundo, a día de hoy están en aprietos, atravesando serios problemas de liquidez. En 2011, obtuvieron una ronda de financiación de dos millones de euros, pero esperaban otra inyección que nunca llegó. A la espera de un milagro de financiación, la compañía presentará próximamente un ERE que afectará a la mitad de su plantilla, de un total de 38 trabajadores.

2. Glass: el capricho de un 'exTuenti'

Tras la millonaria venta de Tuenti, fue la apuesta de uno de los creadores de la red social española por excelencia, Joaquín Ayuso, hoy desvinculado del proyecto, para continuar su camino de innovación. No obstante, la idea original es de Eduardo Prats, a través de la empresa californiana Border Stylo, con una inversión previa de 5 millones de dólares. El propio Ayuso llegó a decir de Glass que "probablemente está creciendo más rápido que Tuenti”.
Los fundamentos tecnológicos de la plataforma no fueron el problema del proyecto. Su objetivo era tan ambicioso que aspiraba a crear una capa intermedia entre los contenidos de la Word Wide Web y los usuarios, de tal manera que cualquier internauta pudiese anotar comentarios, como si fuesen post-its, por encima de los navegadores, saltándose sus canales, en una especie de comunidad total.

Tras tímidos intentos por conquistar el mercado español, se centraron en Estados Unidos, pero la aplicación se fue apagando poco a poco hasta hacerse invisible online a partir de 2011. A día de hoy, su URL inicial no funciona, pero parece que se han mudado a ésta. Lo último que se sabe de ellos son los rumores, revelados por Gizmodo, de una denuncia a Google por copiar su logotipo en el lanzamiento de sus gafas. Según informan a Teknautas fuentes cercanas a la compañía, Glass ha cambiado hasta dos veces de CEO y están preparando un relanzamiento en España, con una experiencia de usuario simplificada. 

3. Rockola FM: la alternativa española a Spotify

De entre la multitud de plataformas que han aparecido como alternativa a Grooveshark Spotify, el sistema de reproducción de música vía streaming por excelencia en Europa, Rockola FM, cuyo site aparece hoy en una especie de barbecho, era la más solvente opción española. Y lo era por la alta calidad de sus servicios y su valor añadido, que respaldaban más de 500.000 usuarios al mes. Además de ser una radio para escuchar música en la red en base a los gustos personales del usuario, también integraba en el portal un canal de promoción de nuevos artistas a través de la retransmisión de conciertos en directo y la difusión de noticias.


También contaba con buenos inversores, como Cabiedes & Partners, Jesús Encinar (Idealista) o Caja Navarra, pero en 2012 se vio abocada al cierre. No es el único proyecto relacionado con la industria de la música en internet que no logra asomar la cabeza en España. Algo similar le ocurrió a Yes.fm, una radio online basada en un modelo de negocio freemium y en cuya historia, como relatan a Teknautas fuentes próximas a la empresa, no se cumplieron los estudios de mercado, se invirtió demasiado y al final terminó malvendiéndose al Grupo Prisa.

4. Bubok: la revolución editorial no pasa de pyme

Se trata de un caso excepcional en esta lista, puesto que el modelo de negocio de Bubok, la plataforma online de autopublicación editorial y librería basada en la impresión bajo demanda, es rentable. Sin embargo, sus expectativas de crecimiento estaban muy por encima de lo que ha ocurrido en realidad. Según la información a la que ha tenido acceso Teknautas, los inversores han cerrado de momento el grifo de la financiación porque la startup no ha dado el salto que se esperaba, y parecen convencidos de que su camino natural a partir de ahora será el de una pyme convencional, cuando había nacido con pretensiones más altas. 

A pesar de que han franquiciado el negocio -firmaron una alianza con el grupo Service Point Solutions (SPS) con el objetivo de aprovechar durante dos años su red de imprentas en 44 países-, el crecimiento se ha estancado. Según los últimos datos, a través de esta plataforma se publican alrededor de 15.000 obras al año, una cifra que representa el 20% de los títulos publicados en España.

5. Doocuments: parecía una buena idea

Su especialización era, a priori, muy alta, por eso prometía hacerse un hueco en el mercado de la nube, donde las empresas están invirtiendo ingentes cantidades de dinero, aunque generalmente a través de sistemas creados ad hoc mediante una compañía de confianza. Doocuments, cuya web no está operativa desde hace varios días, nació en 2010 como un sistema de soluciones de seguridad enfocada a empresas y administraciones, a las que la startup ofrecía distintos servicios para custodiar la integridad de los documentos compartidos en la red.
 
Su CEO, Carlos Polo, habla así de la empresa: "Cuando el error más importante es la sobrevaloración del problema que tu tecnología resuelve, es necesario mucho dinero para pivotar y cambiar de dirección. Pero crear tecnología es lo que tiene. En otras circunstancias pivotar es más barato y puede hacerse con menor inversión". Si eyeOS, que llegó mucho antes a la nube, está teniendo dificultades para tomar posiciones en el mercado del cloud computing, significa que el sector se ha convertido en un infernal océano rojo.

jueves, 16 de mayo de 2013

Fundación de la innovación Bankinter

http://www.fundacionbankinter.org/es

La Fundación de la innovación Bankinter acaba de lanzar Emprendedores, un proyecto para apoyar a las start-up de alto potencial en sus etapas iniciales.

lunes, 6 de mayo de 2013

‘Jurassic Park’

(Un artículo de Iñaqui Ortega en el suplemento económico de El Mundo del 28 de abril)

Sufrimos un periodo de crisis en el sentido moderno de la palabra, ése que hace referencia a una situación difícil o complicada. Pero también en su sentido etimológico, aquél que evoca un cambio profundo. Es en el terreno de la economía donde más se están dejando notar tanto las dificultades como las transformaciones.

Una de las mutaciones más visibles del sistema productivo es la que están protagonizando los emprendedores, quienes parecen estar desplazando poco a poco a la gran empresa como palanca de empleo y crecimiento. La evolución que ha sufrido este colectivo a raíz del estallido de la crisis –en su doble acepción– se asemeja a la que desencadenó el meteorito que chocó contra la Tierra hace 65 millones de años.

Entonces, los dinosaurios, como las multinacionales durante casi todo el siglo XX, llevaban mucho tiempo dominando el planeta en virtud de unas condiciones medioambientales privilegiadas, las cuales les ayudaron a alcanzar unas dimensiones enormes.

El mamífero, que para nosotros aquí es el emprendedor, difícilmente podía competir con ellos en ese entorno, por lo que, aunque coexistía con los reptiles en todas partes, permanecía en un segundo plano, no llegando nunca a superar el tamaño de un roedor actual.

Unos miles de años antes del cataclismo que precipitó la extinción de los dinosaurios, este tipo de animales ya estaba en declive debido a una serie de cambios geológicos y climáticos que venían alterando significativamente las condiciones de vida sobre la Tierra, y que en nuestra metáfora pueden identificarse con la revolución tecnológica acaecida a finales del siglo pasado. Los grandes reptiles, con una capacidad de adaptación reducida, empezaron a tener serios problemas para mantener su supremacía; todo lo contrario que los mamíferos, que no sólo no se vieron perjudicados por la nueva situación, sino que se beneficiaron de ella, comenzando gradualmente a ocupar el hueco que dejaron los saurios. Las start up que han conquistado el mundo en las últimas décadas desde Silicon Valley, el primer lugar del globo en vivir el cambio de era, son el equivalente a los individuos más adaptados de la pujante familia animal. La caída del meteorito no hizo sino acelerar drásticamente este proceso darwiniano, de forma que la población de dinosaurios quedó enseguida diezmada, mientras la de los mamíferos pronto experimentaría una explosión en número y diversidad.

En el presente, nos hallamos en una tesitura económica similar a la que vivieron nuestros antepasados más lejanos en los estertores del Jurásico: los modelos de organización dominantes están cayendo, y la pequeña escala empresarial está cobrando fuerza, pese a que aún no ha tenido tiempo de desplegar todo su potencial.

Pero lo hará; las leyes que gobiernan la evolución son ineludibles y la especie más adaptada, sí o sí, acaba triunfando.
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